El ser espiritual vivo o encarnado es eterno, pero cuando de alguna manera entra en contacto con la energía material, tiene que soportar el ciclo del nacimiento, la enfermedad, la vejez y la muerte. No hay hospital en la tierra para tratar y curar la enfermedad material del alma espiritual. Sin embargo, el único remedio eficaz para curar y sanar al ser humano del nacimiento, la enfermedad, la vejez y la muerte es el canto de los Santos Nombres de Dios, Haré Krishna, y como dieta, el vegetarianismo espiritual, o comida vegetariana ofrecida de antemano a Krishna, Dios, la Persona Suprema, es decir, sin carne, pescado ni huevos.

El canto de los Santos Nombres de Dios nos libera de la enfermedad de la existencia material.

De hecho, es el deber de toda alma encarnada buscar conocer a Krishna, Dios, la Persona Suprema, en Su forma personal, primordial, original, infinita y absoluta, la fuente de todas las emanaciones completas de Su Persona Divina, también llamadas Avatares, escuchar atentamente todo lo que tiene que ver con Dios, para glorificarlo y meditar en Él. Todas las cualidades, excelencias, atributos y glorias que Él posee de forma completa, hacen de Él la Persona más fascinante que existe. Quien quiera liberarse del aprisionamiento en la materia en que se encuentra, debe buscar sinceramente al Señor Krishna, indagar sobre Él mediante preguntas pertinentes, para que el Ser Supremo se incline a concedernos la libertad perfecta.

Dios, Krishna, por Su emanación plenaria, mora en el corazón de cada uno de nosotros como el Alma Suprema y así acompaña a todas las almas individuales que son distintas de Él, porque todas están unidas a Él por una relación íntima.

Sin embargo, el olvido de esta relación eterna es la causa del condicionamiento en la materia al que están sometidas desde tiempos inmemoriales. Como Él es también el Ser Soberano, puede responder inmediatamente a la sincera súplica de Su devoto. Además, como Ser perfecto, Su belleza, riqueza, poder, conocimiento y renunciación son fuentes inagotables de dicha espiritual para el alma separada que somos cada uno de nosotros. Esta última está bajo el hechizo de todos estos maravillosos atributos, y cuando aparecen imperfectamente en otras almas condicionadas, no se satisface con estos reflejos imperfectos y por lo tanto busca perpetuamente a este Ser Perfecto y Sublime.

No hay nada como la belleza, el conocimiento o la renunciación de Krishna, pero Él es por encima de todo el Maestro Supremo. Es porque hemos desobedecido Su ley que ahora estamos atrapados en el universo material.

Pero el Señor, conocido por Su Nombre de Hari, es capaz de poner fin a esta existencia condicionada concediéndonos la plena libertad de la vida espiritual. Por lo tanto, es el deber de todo hombre inquirir de Él mediante preguntas pertinentes, recuperando así el reino infinito y absoluto de Krishna, todo conocimiento, bienaventuranza y eternidad.