Palabras de sabiduria, la sabiduria de Dios
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Aquellos que desean alcanzar la realización espiritual mediante el dominio de los sentidos y la mente, ofrecen en sacrificio en el fuego de la mente dominada, las actividades de todos sus sentidos y su aliento vital.

Otros, iluminados por el sacrificio de sus posesiones materiales y por grandes austeridades, toman votos estrictos y adoptan el yoga de las ocho fases. Otros estudian los Vedas para adquirir el conocimiento absoluto. Algunos también buscan la exaltación en el dominio de las funciones respiratorias. Practican la fusión de la respiración exhalada en la inhalada, y luego a la inversa. De este modo consiguen suspender toda respiración y experimentar el éxtasis. Algunos, restringiendo su alimentación, sacrifican el aliento exhalado en su interior.

Entre ellos, todos los que conocen el propósito del sacrificio se liberan de las cadenas del karma. Habiendo probado el néctar de los frutos del sacrificio, alcanzan las esferas supremas de la eternidad.

Sabed que sin realizar sacrificios no se puede vivir feliz en este mundo [material], ¿y qué decir de la próxima [próxima vida]?

Estos diversos sacrificios están autorizados por los Vedas [las escrituras sagradas originales] y diseñados según las diversas formas de acción. Sabiendo esto, alcanzarás la liberación.

Superior al sacrificio de los bienes materiales es el sacrificio del conocimiento, pues en última instancia el sacrificio de la acción encuentra su finalidad en el conocimiento absoluto.

Busca conocer la verdad acercándote a un maestro espiritual, pregúntale con sumisión mientras le sirves. El alma realizada puede revelarte el conocimiento, porque ha visto la verdad.

Y cuando conozcas así la verdad, comprenderás que todos los seres son parte integrante de Mí, que viven en Mí y Me pertenecen.

Aunque seas el más vil de los pescadores, una vez que te embarques en la nave del conocimiento espiritual, cruzarás el océano del sufrimiento. Como el fuego abrasador que convierte la madera en cenizas, el fuego del conocimiento reduce a cenizas todas las consecuencias de las acciones materiales.

No hay nada en este mundo tan puro y sublime como el conocimiento absoluto. Fruto maduro de todos los yogas, quien lo posee encuentra la alegría en sí mismo en el momento oportuno. El hombre de fe bañado en el conocimiento absoluto, y dueño de sus sentidos, pronto conoce la más alta paz espiritual.

Pero el ignorante y el incrédulo, que dudan de las sagradas escrituras, no pueden llegar a ser conscientes de Dios. Para quien duda, no hay felicidad en esta vida, ni en este mundo ni en el otro.

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