Recordemos siempre que la creación material existe sólo para la salvación de las almas condicionadas. De hecho, es con este propósito que el Señor, a través de Su misericordia sin causa, desciende a varios planetas de este mundo material y realiza Sus actos espirituales y absolutos.
En el origen de todas las cosas, cuando el cosmos material aún no existía, las entidades espirituales, o almas espirituales, vivían con Krishna, Dios, la Persona Suprema, en Su reino de conocimiento, dicha y eternidad, y le servían con amor y devoción.
En realidad, la creación del mundo material no es un fenómeno ciego o aleatorio. Ofrece a los seres eternamente encarnados, condicionados por la materia y la energía ilusoria, la oportunidad de alcanzar la liberación bajo la guía de un representante del Señor, como el maestro espiritual, auténtico servidor íntimo del Eterno Supremo.
El ser humano debe comprender que es imperativo que se establezca en el nivel espiritual y absoluto, donde ni el tiempo ni la energía material ejercen su influencia. Debe restablecer su vínculo con el Señor y restablecer su relación con Dios. Su objetivo es alcanzar la realización espiritual y restablecer su olvidada relación con Dios. La vida humana nos ofrece a todos, como almas encarnadas y condicionadas, la oportunidad de recuperar nuestra conciencia espiritual eterna y completar así la misión de la existencia.
La forma humana está especialmente destinada al despliegue de la conciencia de Krishna, Dios, la Persona Suprema, porque esta conciencia divina nos permitirá recuperar nuestro cuerpo espiritual, toda la dicha, el conocimiento y la eternidad. El propósito de la conciencia de Krishna o conciencia de Dios es darnos un cuerpo de la misma naturaleza que el de Krishna mismo.
La conciencia de Krishna es el arte de espiritualizar la actividad material, de aumentar el grado de realización espiritual del realizador, de conocer la universalidad de Dios y la relación con Él.
Conocer la relación íntima con el Señor es el objetivo supremo de la vida humana.
El verdadero propósito de la existencia es llegar a conocer a Dios como realmente es, redescubrir nuestra verdadera identidad espiritual, renovar nuestro vínculo con Él, amarle, vincular nuestros deseos e intereses con los Suyos, rendirnos a Él y regresar a nuestra morada original en el reino absoluto del Señor, para servirle con amor y devoción y vivir en su divina compañía por toda la eternidad.
Todos somos entidades espirituales separadas, fragmentos eternos de Krishna, Dios, la Persona Suprema. Existimos desde toda la eternidad como fragmentos, incluso después de alcanzar la liberación espiritual. Pero una vez liberados de la materia, estos diminutos fragmentos eternos de Dios viven eternamente con Él, la Persona Suprema, y disfrutan del conocimiento y la dicha absolutos en Su compañía.