Los hombres demoníacos suelen rechazar cualquier forma de educación que sea beneficiosa para ellos y, por supuesto, para la sociedad. Aunque se considera un signo de progreso en la civilización humana, el efecto real de sus inventos es un rápido aumento de la violencia y la crueldad tanto con los humanos como con los animales. Estos hombres malvados, desprovistos de humanismo, desconocen totalmente las formas correctas, justas y honestas de comportarse en sociedad, hacia y con los demás, y el respeto debido a los otros. No respetan las leyes divinas, cuya existencia, alcance, acciones y poder rechazan de buen grado, e ignoran que desempeñan un papel muy importante en la naturaleza material y en la existencia humana.
No queriendo respetar y aplicar las leyes y mandamientos divinos, ignorando voluntariamente los preceptos y principios reguladores decretados por Dios, rechazando totalmente las normas de buena conducta, se complacen en matar animales terrestres y acuáticos, y comen su carne con fruición de forma criminal y demoníaca.
El Bendito Señor nos revela las cualidades espirituales de los hombres de virtud, los hombres nacidos de la naturaleza divina.
La ausencia de miedo, la purificación de la existencia, el desarrollo del conocimiento espiritual, la caridad, el autocontrol, la realización de sacrificios, el estudio de los Vedas, la austeridad y la sencillez, la no violencia, la veracidad, la ausencia de ira, la renuncia, la serenidad, la aversión a la crítica, la compasión, la ausencia de codicia, la mansedumbre, la modestia y la firme determinación, el vigor, el perdón, la fortaleza, la pureza, la ausencia de envidia y de deseo de honores, son las cualidades espirituales de los hombres de virtud, de los hombres nacidos de la naturaleza divina. Las cualidades divinas sirven para la liberación del ser.
El Señor nos revela la naturaleza de los seres demoníacos y los atributos demoníacos.
La arrogancia, el orgullo, la arrogancia, la dureza, la ignorancia, son los rasgos más destacados de los hombres de naturaleza demoníaca.
Las cualidades divinas sirven para liberar al ser, los atributos demoníacos para esclavizarlo.
Los hombres demoníacos no saben lo que deben o no deben hacer. En ellos no hay pureza, ni conducta correcta, ni veracidad.
Afirman que este mundo es irreal y sin fundamento, que ningún Dios lo dirige, que es el resultado del deseo sexual y que no tiene otra causa que la concupiscencia.
Los endemoniados, descarriados, desprovistos de inteligencia, se dedican a obras dañinas y viles que pretenden destruir el mundo.