Palabras de sabiduria, la sabiduria de Dios
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El proceso de reencarnación.

El Señor dice: Así, el ser separado toma prestadas dentro de la naturaleza material varias formas de existencia, y disfruta de las tres gunas [los tres atributos y modos de influencia de la naturaleza material; virtud, pasión e ignorancia] allí, porque toca esa naturaleza. Entonces experimenta el sufrimiento y el placer en diversas formas de vida.

Esta palabra del Señor es muy importante para comprender el proceso por el cual el alma condicionada por la materia se reencarna de un cuerpo material a otro. Es a causa de sus deseos y su deseo de dominar la materia que el alma tendrá que transmigrar de un cuerpo a otro como si se cambiara de ropa. Estos cambios de cuerpo o de ropa se deben al apego a la existencia material. Mientras el alma encarnada esté cautivada por esta manifestación ilusoria, deberá seguir reencarnándose de un cuerpo a otro. Sólo su deseo de dominar la naturaleza material lo pone en sus condiciones indeseables, dándole a veces el cuerpo de un ser celeste, a veces el de un ser humano, un animal o el de un vegetal, siempre según sus deseos materiales y sus actos. Y cada vez, el ser encarnado se cree dueño de su destino, que en realidad es impuesto por la naturaleza material.

El proceso de asignación de los distintos cuerpos al ser que va a reencarnarse es el resultado del contacto con las distintas gunas. Por eso hay que elevarse por encima de estas influencias materiales y alcanzar el nivel espiritual. Esto es la conciencia de Dios, o la conciencia de Krishna. A menos que seamos conscientes de Krishna, estamos obligados por la conciencia material a pasar de un cuerpo a otro, porque hemos estado acumulando deseos materiales durante un tiempo infinito.

Por tanto, debemos cambiar nuestra forma de ver, nuestro estado de ánimo, es decir, dejar de ver las cosas desde el ángulo materialista, y este cambio sólo puede producirse si se presta atención a las palabras de Dios. Aquel que recibe el conocimiento de Dios de los labios del propio Krishna, perderá su deseo de dominar la naturaleza material, y gradualmente, en proporción a la disminución de su insano deseo, llegará a disfrutar de la felicidad espiritual. En proporción al conocimiento obtenido por el contacto con el Señor Supremo, saborea la existencia de la dicha eterna que le es propia [como corresponde a su verdadera naturaleza espiritual].

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