En verdad, conocer la naturaleza absoluta del advenimiento y los actos del Señor Krishna es suficiente para alcanzar la liberación. A menos que uno sirva a Krishna, Dios, la Persona Suprema con amor y devoción, nadie puede encontrar la verdadera satisfacción. El ser individual distinto de Dios que cada uno de nosotros es realmente, es el eterno servidor del Maestro Eterno, Krishna, Dios, la Persona Suprema y Soberana.
Tal es la relación natural y eterna entre ellos. El Señor se ha multiplicado en innumerables seres separados para aceptar el servicio amoroso de ellos, y sólo este intercambio puede satisfacer tanto al Señor como a los seres separados.
Después de la liberación, que es el último de los cuatro principios de búsqueda de la riqueza, el placer de los sentidos y la salvación basada en actos de piedad, el ser adopta la práctica del servicio devocional puro, y se encuentra entonces en el nivel de la realización espiritual, donde finalmente encuentra la plena satisfacción.
Pero esta satisfacción es en sí misma sólo el comienzo de la dicha espiritual. Por lo tanto, primero hay que hacer algún progreso en este mundo relativo, el de la materia, alcanzando la ecuanimidad o igualdad del alma, para luego establecerse en el sublime servicio amoroso del Señor.
Esta es la enseñanza de la Persona Divina. La primera necesidad del ser humano es darse cuenta de la relación eterna que le une a Krishna, Dios, la Persona Suprema, para entregarse a Él sin más demora y servirle con amor y devoción.
Nuestra única ocupación debe ser amar a Krishna, Dios, la Persona Suprema, sin cesar.
El servicio devocional, o servicio de amor y devoción a Dios, es en realidad la manifestación del amor a Dios y la expresión de la alegría de hacer Su voluntad divina para que Él sea feliz.
El servicio amoroso y devocional al Señor reaviva en nosotros la vida eterna. Servir a Dios con devoción significa complacerse en obedecerle, hacer Su voluntad, glorificarle, dedicarle toda nuestra existencia y ofrecerle nuestra vida, entonces nace el amor por el Ser Supremo, Krishna.
El amor que produce este servicio devocional es la única manera de obtener los favores de Krishna, el Señor Supremo. Por tanto, se convierte en un signo de perfección.
A través del amor y el servicio devocional, y sólo de esta manera, es posible conocer a Dios como realmente es, y el ser que, a través de tal devoción, se vuelve plenamente consciente de Dios, entonces entra en el reino absoluto del Supremo Eterno.