Sin tener en cuenta sus propias alegrías y penas, las gopis dirigen todas sus actividades físicas y mentales hacia el placer del Señor Krishna. Renuncian a todo para centrarse en la felicidad exclusiva de Krishna en toda su pureza.

Krishna jura responder a sus devotos según la adoración que le hagan.

Krishna dice: Según un devoto se rinda a Mí, Yo lo recompenso proporcionalmente. Todos los hombres siguen mi camino, de una manera u otra.

Krishna nunca mostró ingratitud a las gopis, pues siempre responde a Sus devotos según el servicio de amor espiritual que le prestan. Todo el mundo sigue el camino que lleva a Él, pero hay varias etapas de progreso en este camino.

Sin embargo, la realización del Señor Krishna varía en proporción al progreso del devoto. El camino es Uno, pero el progreso hacia la meta final es diferente para los distintos seres humanos, y por lo tanto también es variable la proporción que se les da para realizar esa meta final, que no es otra que Krishna, Dios, la Persona Suprema.

Las gopis fueron capaces de alcanzar esta meta suprema, y el Señor Chaitanya, el Avatar de Oro, declaró que ningún modo de adoración a Krishna podía superar el que ellas adoptaron. La adoración de las gopis hizo que este voto se rompiera, como el mismo Señor Krishna está de acuerdo.

El Señor declara a este efecto: Oh gopis, nunca podré saldar la deuda que he contraído contigo por tu inmaculado servicio, ni siquiera en el espacio de una vida de Brahma. La relación entre tú y Yo es irreprochable. Me has adorado, rompiendo todos los lazos familiares, tan difíciles de cortar. Por lo tanto, que tus obras gloriosas sean en sí mismas tu recompensa.

Las maravillosas cualidades de las gopis están más allá de la imaginación. Aunque no tienen ningún deseo de autogratificación, la alegría que experimentan cuando Krishna se complace en ellos supera un millón de veces la que siente el propio Señor. No desean su propia felicidad y, sin embargo, ésta aumenta. Esto es una paradoja.

En verdad, la alegría que experimentan las gopis reside en la de Krishna, su amado, pues el Señor es la fuente de la dicha, de toda la felicidad, la fuente de la alegría y el amor personificado. La belleza del Señor Krishna aumenta cuando ve la belleza de las gopis, y cuanto más admiran ellas la belleza de Krishna, más aumenta su propia belleza. Krishna obtiene su alegría de la belleza y las cualidades de las gopis, y cuando las gopis lo ven feliz de esta manera, su propia felicidad se intensifica.

La alegría de las gopis alimenta así la alegría de Krishna. Por eso la lujuria no empaña su amor. Sienten constantemente un intenso deseo de complacer a Krishna, de modo que todas sus relaciones están impregnadas de puro amor a Dios, sin el menor rastro de sexualidad carnal, que es una cuestión de animalidad y que sólo se encuentra en el universo material.