Este es el único propósito de todas estas buenas acciones, ya que nadie puede renunciar a su propio interés en la observancia de los principios religiosos y morales tan exaltados.
Sin embargo, más allá de esto está el nivel trascendental donde uno es consciente de ser sólo el eterno servidor de Krishna, Dios, la Persona Suprema, Divina y Absoluta. Cualquier acto motivado por tal sentido de servicio es amor puro a Dios, pues se hace por el único placer sensorial absoluto del Señor Krishna.
Por el contrario, todo intento de disfrutar de los frutos del acto de forma egoísta e interesada es una búsqueda de satisfacción personal. Estos actos adquieren una apariencia material o espiritual, según el caso.
La codicia sólo busca el placer egoísta de los sentidos, mientras que el amor real y verdadero debe aplicarse a satisfacer sólo los sentidos del Señor Krishna, de ahí su considerable beneficio.
Las gopis rechazaron fácilmente las costumbres sociales, los preceptos de las escrituras, las exigencias corporales, los actos interesados, la reserva, la paciencia, los placeres corporales, la autogratificación, el camino de la organización natural de la sociedad o la organización de las divisiones sociales, todas estas cosas a las que es muy difícil renunciar, las rechazaron fácilmente, junto con sus parientes y la retribución y reprimenda que les esperaba, con el único propósito de servir al Señor Krishna. Le sirven con amor sólo por su placer, para que sea feliz.
Esto es lo que se llama apego inquebrantable de pureza inmaculada a Krishna, Dios, la Persona Divina Absoluta.
La verdad es que debemos dejar atrás todas las actividades que se ocupan sólo del placer egoísta de nuestros sentidos, para unirnos perfectamente a la voluntad del Señor Krishna, como hacen las gopis. Esta es en realidad la enseñanza que nos da Krishna en el «Bhagavad-gita», «Palabras de Krishna, Cristo, Dios, la Persona Suprema».
Debemos estar constantemente dispuestos a hacer todo por el placer del Señor, incluso a riesgo de transgredir las reglas de los Vedas, las sagradas escrituras originales, o los principios morales. Aquí es donde reside el amor puro a Dios.
Tales actos, inspirados únicamente por el amor puro hacia el Señor Krishna, están libres de contaminación, como un paño blanco impecable.
El verdadero amor difiere radicalmente de la lujuria; uno es como el sol radiante, mientras que el otro recuerda a la oscuridad profunda.
Así, no hay rastro de lujuria en el amor de las gopis. Se unen a Krishna sólo por Su placer, para que Él sea feliz.