Logos 469
La máxima perfección es el amor a Dios.
¿Cómo podemos amar a Dios y tener un amor puro por Él?
El verdadero amor trascendental, tal como se practica en el mundo espiritual.
En primer lugar, distingamos dos tipos de sentimientos de amor a Dios. El primero es el sentimiento de lujuria, porque expresa el deseo de satisfacer los propios sentidos, mientras que el segundo, que difunde el verdadero amor puro, el amor a Dios, o el amor a Dios, se ocupa de satisfacer los sentidos de Krishna, Dios, la Persona Suprema, y sólo de Él.
En verdad, el mayor beneficio que puede alcanzar un ser humano es obtener la gracia del Señor, el amor de Dios.
Desarrollar el amor a Dios es la más alta perfección de la existencia, y la conciencia de Dios es el más alto beneficio que puede otorgarse a la humanidad.
El mundo espiritual es tres veces mayor que el universo material. Hay un número inimaginable de planetas espirituales orbitando en él, todos los cuales están colocados bajo el planeta mayor, el más importante, el más elevado de todos los planetas, el planeta de Krishna, cuyo nombre es Krishnaloka, que es más grande que todos los planetas espirituales y materiales juntos.
El planeta de Krishna, Dios, la Persona Suprema, está dividido en tres regiones principales, Goloka Vrindavana, Dvaraka y Mathura. Krishna reside allí personalmente en compañía de las diosas de la fortuna, también llamadas gopis, la primera de ellas, la diosa Radharani, y sus devotos puros.
Este lugar es de naturaleza eternamente espiritual. Todos los árboles son árboles de los deseos, de los que se puede obtener cualquier cosa que se desee. La tierra está formada por la piedra filosofal y el agua es el verdadero néctar. Cada palabra es una canción, cada paso una danza, y la flauta de Krishna acompaña cada gesto. Todo brilla con luz propia. El Señor intercambia con cada uno de los habitantes de este maravilloso planeta un amor sublime, desconocido en el universo material. Como en el mundo espiritual cada momento se utiliza sabiamente, no hay pasado, presente o futuro.
Verdaderamente, nadie puede apreciar el reino de Dios sin estar profundamente realizado en el conocimiento espiritual, en la conciencia de Krishna o en la conciencia de Dios. Es un lugar de inimaginable belleza, dulzura y atmósfera de felicidad. En este lugar trascendental, el Señor intercambia con Sus devotos puros sentimientos personales como la neutralidad, la servidumbre que emana del servicio devocional, la amistad, el afecto paternal y el amor.
El amor de Krishna y las gopis en Vrindavana es de naturaleza espiritual. Aunque se asemejan a los amores del mundo material, hay un abismo que los distingue y separa.
En el mundo material, la concupiscencia puede despertarse temporalmente, pero se disipa en cuanto se le da rienda suelta. Por concupiscencia se entiende el apego a la satisfacción de los propios sentidos, y una inclinación particular hacia la sexualidad.
En el mundo espiritual, sin embargo, el amor entre Krishna y las gopis crece constantemente. Esto es lo que distingue el amor espiritual de la concupiscencia material. La concupiscencia, el llamado amor al cuerpo, es tan efímero como el propio cuerpo, mientras que el amor en el mundo espiritual está en el plano trascendental, el del alma eterna. Por lo tanto, este amor es en sí mismo eterno.