Hasta que no controlemos esta concupiscencia, debemos morir y renacer una y otra vez. Ya sea el sexo, la lengua, los oídos, los ojos o el tacto, nuestros sentidos nos atraen hacia la muerte. Mientras queramos disfrutar de ellas, tendremos que permanecer en este mundo y experimentar la muerte, vida tras vida.
La concupiscencia nunca puede ser satisfecha por la búsqueda de nuevos placeres materiales. El centro de todas las actividades materiales es la vida sexual, por lo que el universo material se llama: «El mundo de la impermanencia», «El mundo de la muerte» o «Las cadenas de la vida sexual».
En verdad, los que violan las leyes del Señor están sujetos a las cadenas de la vida sexual. El progreso de las civilizaciones materialistas se basa en el placer de los sentidos, lo que implica, para el ser encarnado, una extensión de la existencia material.
La concupiscencia simboliza la ignorancia que mantiene al ser atrapado en el mundo material. Al dar placer a los sentidos, se puede experimentar alguna forma de satisfacción, pero esta falsa sensación de felicidad es, en última instancia, el enemigo final de quienes la experimentan.
El Señor nos aconseja que empecemos por dominar nuestros sentidos, para poder vencer el mayor veneno o enemigo, la concupiscencia, que destruye el deseo de realización espiritual y destruye el conocimiento del verdadero ser. Somos los eternos servidores de Krishna, partes integrales de Su Persona. Por lo tanto, nuestra única función es servirle con amor y devoción. Este estado de conciencia se llama «conciencia de Krishna», que debemos desarrollar lo antes posible, para alcanzar su plenitud y ponerla en acción. A través de la conciencia de Krishna, es posible dominar nuestros sentidos materiales, la mente y el intelecto.
El Señor Krishna, Dios, la Persona Suprema, nos recomienda que lo pongamos en nuestra mente para lograrlo con seguridad. Para ello nos ha dado el mejor remedio, el canto de Sus Santos Nombres:
Haré Krishna, haré Krishna, Krishna Krishna, haré haré / Haré Rama, haré Rama, Rama Rama, haré haré.
Este maravilloso canto en sánscrito significa: Oh Energía del Señor, oh Señor, oh Fuente de toda felicidad, por favor hazme tu amada sierva (tu amada doncella).
Haré es la energía del Señor, Krishna y Rama son Sus Santos Nombres.