Logos 371
¿Por qué permite Dios que existan el bien, el mal y el sufrimiento?
En realidad, el bien y el mal no existen. De hecho, la noción del bien y del mal está ligada a la materia, y resulta del concepto corpóreo de la existencia.
Desde este punto de vista, la bondad consiste en respetar y aplicar los preceptos de Dios, los principios reguladores o prohibidos, los mandamientos divinos, las leyes divinas, las instrucciones divinas, creer en su palabra divina, en su enseñanza, obedecerle, hacer su voluntad, unir nuestros intereses a los suyos, renovar el vínculo que nos une a Él, entregarnos a Él y servirle con amor y devoción.
El mal es envidiar a Dios, creer que somos idénticos a Él o tomarnos por Él. Es negarle, negarse a servirle, pretender que no existe, y por lo tanto rechazar su palabra, su enseñanza, sus mandamientos, sus leyes, no querer obedecerle y por lo tanto rechazar su autoridad. Al final, es hacer lo contrario del bien.
El bien absoluto es ofrecer nuestra vida, nuestra existencia, todos nuestros actos, nuestros deseos, nuestros intereses a Dios. Es asumir que todo le pertenece a Él, que Él es el único beneficiario de los frutos de todos nuestros actos y sentidos, y por lo tanto utilizar todo únicamente para la satisfacción de Krishna, Dios, la Persona Suprema. El bien absoluto no es otro que Dios mismo, y lo caracteriza.
Si Krishna, Dios, la Persona Suprema, permite que el bien y el mal existan en todos los planetas del cosmos material, es para que los seres vivos aprendan a obedecerle, y actúen de forma justa para el bienestar de todos evitando causar sufrimiento a los demás y para que sepan que todo acto genera efectos con diversas consecuencias, buenas o malas, por las que cada uno tendrá que dar cuenta y someterse a una sanción al final de la vida presente ya, y seguramente en su próxima existencia.
Al crear el sufrimiento, Dios desea que el ser humano, a través del sufrimiento sentido y generalmente padecido en su próxima existencia, borre el acto culpable cometido en su vida pasada, tome conciencia del dolor resultante para hacer penitencia, acto de arrepentimiento, pida perdón por el mal y el sufrimiento que ha causado, se dirija a Dios y tome la resolución de no volver a hacerlo, de cambiar a mejor y de no causar nunca sufrimiento a nadie, ya sean seres humanos, animales o vegetación.