Logos 368
¿Por qué permite el Señor que los seres vivos cometan acciones reprobables?
En verdad, Krishna, Dios, la Persona Suprema no desea ver a nadie actuar de manera pecaminosa, y como tal implora a cada ser viviente a través de su buena conciencia que se abstenga de pecar.
Sin embargo, cuando alguien insiste en hacer el mal y se niega a escuchar a Dios, el Señor le da permiso para satisfacer sus deseos por su cuenta y riesgo, pues tendrá que sufrir las consecuencias tarde o temprano en forma de severo castigo.
Nadie puede hacer nada sin el consentimiento del Señor, pero el Señor es tan benévolo que cuando el alma encarnada condicionada por la materia y la energía ilusoria persiste en su deseo malvado y pecaminoso, le permite actuar por su cuenta y riesgo.
¿Cuándo entenderán los que eligen el camino de la maldad que el odio, el racismo, la ira, la violencia, la venganza y el resentimiento conducen a la cerrazón, a la esclerosis del intelecto, a la reducción del discernimiento, a la falta de perspectivas de futuro, al aumento de la tristeza y el sufrimiento, y al alejamiento de Dios?
Sólo el amor incondicional, la bondad, la amabilidad, la generosidad, la compasión, la tolerancia, la misericordia, la magnanimidad, la humildad y la benevolencia abren la mente a Dios, a la verdad, permiten adquirir la conciencia de Dios, elevan y liberan el propio ser, amplían el espacio-tiempo y eliminan la tristeza. Cuando el alma espiritual encarnada sirve al Señor Supremo, se libera de todas las necesidades materiales, y sus sentidos se purifican por el mero hecho de estar empleados en el servicio del Señor Supremo.
La reencarnación es una realidad ocultada a los humanos por los seres demoníacos.
La reencarnación se actualiza mediante acciones, pensamientos, palabras y deseos, que determinan cuál será la próxima existencia y qué cuerpo será el nuestro. Entonces comenzará el ciclo de muertes y renacimientos sin fin, acompañado de su cuota de sufrimiento.
Todos los que aman a Dios, le obedecen, hacen su voluntad divina y le sirven con amor y devoción, escapan a la reencarnación, pues el Señor pondrá fin a su estancia en el mundo material y los llevará a su reino eterno.