Logos 365
La perfección consiste en obedecer a Krishna, Dios, la Persona Suprema, y hacer su voluntad divina. Conocer la relación íntima con el Señor es el objetivo supremo de la vida humana.
Las leyes de la naturaleza dictan que todo se evalúa en el momento de la muerte. Después de la muerte, nos encontramos completamente en las garras de la naturaleza. No podremos dictar nuestra voluntad. Como no pueden o no quieren entender esto, los seres humanos concluyen que no hay vida después de la muerte. Las formas (cuerpos) cambian, pero no la fuerza vital, el alma. Las formas cambian, pero la persona (el alma) que reside en ellas es permanente, porque es eterna. Al identificarse con su cuerpo, cree que está cambiando. La forma humana es específicamente para el despliegue de la conciencia de Dios, la conciencia de Krishna, porque esta conciencia divina nos permitirá regresar a nuestro cuerpo eterno de dicha y conocimiento. El propósito de la conciencia de Dios es darnos un cuerpo de la misma naturaleza que el de Krishna, Dios, la Persona Suprema, Él mismo. La conciencia de Krishna es el arte de espiritualizar la actividad material, de aumentar el grado de realización espiritual del hacedor, de conocer la universalidad de Dios y la relación con Él.
Nuestro próximo cuerpo depende de los tres atributos y modos de influencia de la naturaleza material; la virtud, la pasión y la ignorancia, que predominarán en
nosotros en el momento de la muerte. Los que mueren influenciados por la ignorancia tendrán cuerpos de animales o incluso de especies inferiores. Los que mueran bajo la influencia de la pasión obtendrán una forma humana en un planeta similar a la Tierra. Y los que mueran bajo la égida de la virtud serán promovidos a los sistemas planetarios superiores, edénicos y paradisíacos, y adquirirán el cuerpo de un ser celestial (seres más evolucionados que el hombre). Pero todos estos cuerpos son materiales y, por tanto, temporales, efímeros.
Sólo quien tiene la suerte de morir pensando en Krishna, Dios, la Persona Suprema, puede conseguir un cuerpo eterno como el del Señor. Se unirá al Señor Supremo, Krishna, en Su morada eterna, y nunca regresará al universo material.
El Señor Supremo dice: «En Mi forma personal, siempre absorbe tus pensamientos, sin falta. Dedicando tus actos a Mí, volviendo tu mente y tu inteligencia hacia Mí, sin duda llegarás a Mí. Aquel que, en el momento de dejar el cuerpo, piensa en Mí, Dios, la Persona Suprema, alcanzará sin duda los planetas espirituales.»