El Señor Soberano es la fuente de todo conocimiento, todo poder, toda fuerza, toda opulencia y toda influencia. Sus poderes no tienen límite. Como Él es rico en todos los atributos divinos, nada abominable en el universo material puede existir en Él. Él es
trascendental y espiritual, por lo que los conceptos de felicidad e infelicidad material no se aplican a Él. En realidad no hay ninguna contradicción en Él. Por eso se le llama Supremo y Todopoderoso.
Él es la Verdad Absoluta, la verdadera realidad, la fuente de inteligencia y conocimiento. Él es el Principio Activo de todas las cosas, de todos los seres vivos, humanos, animales, vegetales, así como del átomo, sin Él todo estaría inerte, muerto. Él es el Supremo Protector, la Suprema y Absoluta Pureza. Él es el todo completo, y ya lo sabe todo sobre todo, nada es desconocido para Él. Está presente en todas partes y conoce las necesidades de todos los seres. Él es la fuente de todo lo que existe, y nadie es independiente de Él. Nada existe fuera de Dios, y nada ni nadie está separado de la Persona Suprema.
En verdad, todo existe sólo por el placer de Dios, la Persona Suprema, que observa todas las cosas en todos los lugares.
El Señor afirma además: «Yo soy las funciones de los cinco sentidos activos, las piernas, el ano, las manos y los órganos sexuales, así como las de los cinco sentidos que adquieren conocimiento, tacto, vista, gusto, oído y olfato. También soy el poder por el que cada uno de los sentidos experimenta su objeto sensorial particular.»