Logos 271
La creación material es como la formación de una nube en la inmensidad del cielo, y el mundo espiritual es el verdadero cielo.
El universo material, donde el Señor Supremo permite que las almas condicionadas actúen bajo Su tutela, se crea sucesivamente y luego se aniquila en un ciclo interminable. La creación material es como la formación de una nube en la inmensidad del cielo, y el mundo espiritual es el verdadero cielo, que está eternamente impregnado por el resplandor que emana del cuerpo de Dios, también llamado brahmajyoti. En algún lugar de este espacio ilimitado se encuentra la nube de la creación material, donde se colocan las almas encarnadas y condicionadas que buscan imponer su voluntad contra la del Señor, para dar rienda suelta a sus aspiraciones bajo la tutela de la energía externa del Señor. Al igual que la estación de las lluvias aparece y desaparece cada año a intervalos regulares, la creación se manifiesta y aniquila sucesivamente por voluntad del Señor.
Este ciclo de creación y aniquilación en el mundo material tiene por objeto que el Señor permita a las almas condicionadas hacer lo que quieran y crear así su propio destino: de hecho, son sus propios deseos en el momento de la destrucción los que determinan las condiciones en las que reaparecerán.
La manifestación material, aunque contenga innumerables galaxias, sólo cubre una pequeña parte del mundo espiritual. Se forma como una nube en el cielo claro del mundo espiritual, donde el brillo del resplandor espiritual de Dios se extiende por todas partes, donde en todas partes brilla la luz espiritual.