Logos 183
El ser santo es aquel que se dedica a servir al Señor Supremo con amor y devoción, que respeta y aplica Sus leyes divinas, que lleva a cabo Sus instrucciones al pie de la letra, que hace únicamente Su voluntad y que une sus intereses con los de Dios.
El servicio devocional es el camino de utilizar los sentidos para ofrecer a Dios un servicio que le sea agradable. Actúa como una entidad espiritual y no como los animales, según una concepción de la existencia basada en el cuerpo. Los animales consideran que el cuerpo de otro animal es un alimento adecuado, por lo que una especie depreda a otra.
Pero un ser humano, especialmente cuando es un devoto del Señor, no puede actuar de esta manera. Un sabio, una persona santa, no debe matar a un animal o a un ser humano. Matar no está permitido, ya que todo ser humano, animal y planta, alberga al Señor Supremo en su interior y, por tanto, debe ser considerado un templo del Señor.
Logos 184
El alma encarnada y condicionada por la materia no sabe lo que es la independencia total, que consiste en situarse en su posición original y eterna.
Así, para el ser individual que es parte integrante de Dios, la Persona Suprema, la verdadera independencia será permanecer siempre bajo la dependencia del Señor. Para el alma condicionada, la independencia no se encuentra en la lucha contra los obstáculos de la naturaleza material, sino en la entrega a Dios. La verdadera independencia consiste en recuperar la propia posición en el servicio del Señor. Quien alcanza los planetas espirituales Vaikunthas o Goloka Vrindavana entonces ofrece su servicio al Señor en completa libertad. Ahí radica la independencia total en contraposición al dominio sobre la energía material, que identificamos falsamente con la independencia.
El ser vivo no puede experimentar la felicidad tratando de ser independiente en este mundo material. El hombre debe, pues, entregarse al Señor y dedicarse al servicio eterno y original que le es propio.