Logos 178
El Señor dice: «Cuando el ser individual, habiendo tomado conciencia de su verdadera identidad y posición inmutable no pretende poseer nada, deja de ser afectado por los atributos de la naturaleza material. Se mantiene alejado de las influencias materiales, aunque viva en un cuerpo material.»
Una persona desvinculada de las influencias de la naturaleza material permanece como el sol reflejado en el agua: ni los movimientos de la ola, ni su frescura, ni su inestabilidad pueden afectar al sol. Del mismo modo, quien se absorbe en las actividades de servicio devocional ofrecidas a Dios, se vuelve tan inmutable como el sol cuya imagen se refleja en el agua. El ser santo puede parecer que está en el mundo material, pero en realidad vive en el mundo espiritual. No está sujeto a las influencias de la naturaleza material.
En verdad, cada ser espiritual individual es una pequeña parte del Señor Supremo, de modo que su posición eterna es cooperar con Él, dedicar su energía a Él. Ahí está su naturaleza inmutable. Sin embargo, en cuanto utiliza su energía para la gratificación de los sentidos, su posición cambia. La liberación consiste en recuperar nuestra posición original, la de servir al Señor. Cuando una persona se desprende de todas las atracciones materiales y se absorbe en el servicio devocional, esto se llama inmutabilidad.
Cuando una persona actúa por iniciativa propia, es porque tiene algún sentido de posesión, sufre una reacción en el karma; pero cuando lo hace todo por Dios, sus acciones no tienen consecuencias. Al alcanzar la inmutabilidad y dejar de sacar provecho de las propias acciones, uno puede establecerse inmediatamente en el nivel espiritual, más allá del alcance de las influencias de la naturaleza material.
Logos 179
A través de la devoción a Dios, el desapego del mundo material y el desarrollo del conocimiento espiritual obtenido al concentrarse en el servicio devocional, debemos meditar en el Alma Suprema presente en el mismo cuerpo que nosotros, y simultáneamente separarnos de él. Podemos darnos cuenta de la presencia del Alma Suprema, también llamada Espíritu Santo, dentro de nosotros.
En efecto, está dentro de nuestro cuerpo, pero sigue siendo independiente de él, porque lo trasciende. Aunque habita el mismo cuerpo que el alma individual (Nosotros), el Alma Suprema no tiene apego a él, a diferencia del alma individual. Por lo tanto, es necesario desprenderse del cuerpo carnal mediante la práctica del servicio devocional. Se trata de servir al Ser Supremo con amor y devoción. Cuando el ser espiritual encarnado sirve al Eterno Supremo, el Señor Soberano omnipresente, con devoción pura, inmediatamente comienza a desprenderse del mundo material.
Cuando el ser se desprende de la atracción por la prosperidad material, puede entonces concentrar verdaderamente su mente en el Espíritu Santo. Mientras la mente está distraída por la materia, no es posible concentrar ni la mente ni el intelecto en Dios o en Su manifestación parcial, el Alma Suprema. Sólo cuando uno se desprende de esta manera puede obtener verdaderamente el conocimiento espiritual de la Verdad Absoluta.
El ser liberado de la contaminación material se vuelve feliz y puede entonces adoptar la práctica del servicio devocional, que le permite alcanzar la liberación. Entonces se hace posible penetrar en la ciencia de Dios, o Conciencia de Krishna.