Logos 47
Dios había dicho: «De todos los mundos, espirituales y materiales, yo soy la fuente. De mí emana todo.»
En realidad, la materia se origina en la vida, que puede manifestar infinitos recursos materiales. Este es el gran misterio que encierra la creación. La vida, el tiempo universal y la energía externa de Dios, sobre la que el Supremo Eterno tiene plena autoridad, son los elementos de la creación del cosmos material.
La ciencia, por desconocimiento de los datos de la verdad, ha tomado como punto de partida una fase intermedia de la creación, y no el origen y punto de partida de la misma.
El que ve todo en relación con el Señor no odia nada ni a nadie, pues ve al Señor en todo, tanto en lo animado como en lo inanimado, y sabe que todos los seres son diminutos fragmentos de Dios, partes integrantes de su Persona Divina. El hombre de mente iluminada ve a todos los seres vivos como sus hermanos y hermanas, y a cada ser como un alma espiritual. En verdad, cuando sirve a sus semejantes, es al alma a la que se dirige, satisfaciendo así las necesidades materiales y espirituales de sus hermanos. Quien ve la chispa espiritual en cada ser, esa alma que participa de la esencia de Dios, conoce la verdadera naturaleza de las cosas.
Logos 48
En las sagradas escrituras originales, el verdadero evangelio, el Señor dice: «Yo soy la fuente del Supremo Ser Espiritual Impersonal, que, imperecedero, inmortal, eterno, constituye el principio mismo de la felicidad suprema.»
El Ser Espiritual Impersonal Supremo, el Alma Suprema también llamada Espíritu Santo y el Eterno, la Persona Suprema en su forma primordial original son los tres aspectos de la Verdad Absoluta, que no es otra que Dios, Krishna.
El Supremo Ser Espiritual Impersonal es el deslumbrante resplandor que emana del cuerpo del Señor Krishna, y es el único aspecto de Dios conocido por los judíos, cristianos y musulmanes. Es el aspecto conocido por los creyentes, y más fácilmente accesible para los virtuosos que sólo creen en la forma impersonal de Dios, es decir, en un Dios sin forma.
A medida que progresa, el creyente toma conciencia del segundo aspecto de la Verdad Absoluta, el Alma Suprema, el Espíritu Santo, la forma del Señor presente en cada átomo y en el corazón de todos los seres. Es en esta forma que el Señor mantiene todo el universo material. Finalmente, realiza el aspecto último de la Verdad Absoluta, el Supremo Eterno, el Señor en Su forma personal y original, la fuente del Ser Espiritual Supremo Impersonal y el Espíritu Santo omnipresente. El resplandor que emana de Su cuerpo sublima el velo.
Sólo sus devotos puros pueden verlo como realmente es. Su cuerpo espiritual puro tiene forma humana, todo conocimiento, dicha y eternidad.