Chaitanya, el Avatar de Oro
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Él es el maestro de las seis perfecciones; belleza, riqueza, fama, poder, sabiduría y renunciación, pues no es otro que el Señor Kṛiṣhṇa. En Él se encuentran en su plenitud la eternidad, el conocimiento y la dicha. Él es Dios, el Señor Supremo y Original, que bajó a este mundo en la persona de Chaitanya para enseñar el desapego, el conocimiento espiritual, el servicio devocional a las masas y el amor puro a Dios. Glorificado como la Persona Original, Dios, Chaitanya es comparado con un océano de misericordia. Él predica incesantemente el amor a Dios a través del movimiento de sankirtana, (canto de los Santos Nombres de Krishna) y los seres inteligentes adoptan fácilmente este camino de realización espiritual.

En beneficio de toda la sociedad humana, el Señor no sólo se manifiesta como Manú [el Padre de la humanidad] para dirigir adecuadamente el universo, sino que también aparece en forma de preceptor, espiritista, gran sabio o de otro modo, en beneficio de la humanidad. El deber de los hombres, por lo tanto, es seguir el camino de la acción establecido por el Señor Supremo. En la era actual, la esencia de todo el conocimiento védico se encuentra en el Bhagavad-gita, [Palabras de Krishna, Cristo, Dios, la Persona Suprema] que es enunciado personalmente por Dios. La misma Persona Divina, apareciendo bajo la apariencia de Sri Chaitanya Mahaprabhu, el Avatar de Oro, difunde las enseñanzas del Bhagavad-gita por todo el mundo. En otras palabras, Dios, la Persona Suprema, Krishna, es tan bueno y misericordioso con la humanidad que permanece siempre ansioso por llevar a las almas caídas de vuelta a su morada original, a Él. El Señor Chaitanya, el Avatar dorado, es un muchacho muy apuesto cuya complexión es como el oro fundido.

Enseñanza del Señor Chaitanya mahaprabhu a su discípulo Roupa Gosvami.

El universo está poblado por innumerables seres vivos que, debido a sus propios actos interesados, transmigran (se reencarnan) de una especie a otra y vagan de planeta en planeta. Así, su encarcelamiento en la materia se ha perpetuado desde tiempos inmemoriales. Estos seres vivos son fragmentos infinitesimales del Alma Suprema, fragmentos espirituales cuyas dimensiones se pueden conocer. El alma separada (separada de Dios) mide aproximadamente una diezmilésima parte de la punta de un cabello.

El Señor continúa su enseñanza señalando la existencia de dos clases de seres vivos: los que están eternamente liberados y los que están eternamente condicionados por la materia. Estos últimos se dividen a su vez en dos categorías, los seres móviles y los inmóviles. Los árboles, que no pueden moverse, pertenecen a esta última categoría. Los demás, los seres móviles, como los pájaros y las bestias, se subdividen a su vez en tres categorías: los que vuelan por el aire (pájaros), los que nadan en el agua (seres acuáticos) y los que se desplazan por la tierra (humanos y otros animales). De los millones y trillones de seres terrestres, los humanos son sólo una minoría, la mayoría de los cuales no saben nada de espiritualidad, son de moral impura y no creen en la existencia de Dios, la Persona Suprema. En resumen, viven como animales. Por lo tanto, pueden restarse del número de seres humanos que viven de forma civilizada.

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