Soy la semilla, es decir el principio fundamental de este mundo de entidades móviles e inmóviles. Soy la sustancia de la materia, la causa material y la causa espiritual eficiente.

Es a propósito que me he distanciado de vosotros, para que vuestro amor por Mí crezca. Esta separación, la quise, para que permanezcan en constante meditación sobre Mi Persona.

Así en Mí, Krishna, en mi forma personal, siempre absorbe tus pensamientos sin fallar. Dedicando a Mí vuestras acciones, volviendo hacia Mí vuestra mente y vuestra inteligencia, sin duda llegaréis a Mí.

Conviértete en mi devoto puro, entrégate solo a Mí. Te prometo una existencia espiritual perfecta, que te otorgará el derecho eterno de servirme con amor espiritual y absoluto.

Tres puertas abren al infierno; la lujuria, la ira y la codicia. Que todo ser humano cuerdo las cierre, porque llevan al alma a su perdición.

El hombre que supo evitar estas tres puertas del infierno dedica su existencia a actos que comprometen en la realización espiritual. De este modo, logra poco a poco el objetivo supremo. En cambio, el que rechaza los preceptos de las sagradas escrituras para actuar según su capricho, no alcanza ni la perfección, ni la felicidad, ni la meta suprema.

Libérate de la ira, de la codicia y de la concupiscencia, para elevarte al nivel espiritual. La concupiscencia, la ira y la codicia recorren el corazón de sus líneas paralelas y frenan todo progreso en el camino espiritual.

Libres de ataduras, libres del miedo y de la ira, completamente absortos en Mí y buscando refugio en Mí, muchos se purificaron al conocerme, y todos llegaron a un amor puro por Mí.

La acción debe ofrecerse como sacrificio al Ser Supremo, para que no encadene a su autor al mundo material. Por tanto, cumple con tu deber para agradarle, y para siempre serás liberado de las cadenas de la materia.

A los que me sirven y me adoran siempre con amor y devoción, les doy la inteligencia con la que pueden venir a Mí.

Todo hombre se entrega a diversos actos, conformes o no a las escrituras reveladas. Pero para que lo sepas, basta con usar el fruto de tales actos para adorarme en la conciencia de Kṛiṣhṇa para ser bendecido inmediatamente con una felicidad que continuará en esta vida y en la próxima, en este mundo como en el otro. No hay duda de eso.

Entrégate totalmente a Mí. Por mi gracia conoceréis la paz absoluta, y llegaréis a mi hogar eterno y supremo.