El Señor dice de Él:«En Mí reside un poder ilimitado, y por eso soy conocido como infinito u omnipresente. La manifestación cósmica apareció en Mí a partir de Mi energía material, y en esta manifestación universal apareció el primer ser, Brahma, que no tenía madre material».

El Señor posee innumerables poderes, todos ellos ilimitados. En consecuencia, el Señor mismo y todos Sus atributos, formas y entretenimientos son también infinitos.

Krishna, Dios, la Persona Suprema existe al principio, en medio y al final de todo lo que es, desde la partícula más diminuta de manifestación cósmica, el átomo, hasta las gigantescas galaxias y la totalidad de la energía material. Él es eterno, pues no tiene principio, medio ni fin. Su existencia puede percibirse en estas tres fases, lo que muestra claramente su perpetuidad. Cuando la manifestación cósmica no existe, Él existe como el poder original. Él es Absoluto, infalible y sin principio. Él siempre posee la fresca belleza de la juventud, porque Él es eternamente joven. Dios, la Persona Suprema, existe sin otra causa que Él mismo, porque Él mismo es la causa de todo. Eterno, Él está más allá de la causa y el efecto. Él es el origen de todo lo que es. Todo es creado y manifestado por la energía del Señor Supremo, y cuando todo es destruido o disuelto, la energía original regresa al cuerpo del Señor. Él es la Causa de todas las causas, ya sea al principio, en el medio o al final.

El Señor, por su inmotivada misericordia, ama depender de sus devotos.

Krishna es Dios, la Persona Suprema, el Maestro de todos los seres. El Señor Soberano posee en su plenitud las seis perfecciones: Belleza, Riqueza, Renombre, Poder, Sabiduría y Renunciación, y además es extremadamente benevolente con Su devoto. Aunque Él es completo en Sí mismo, no obstante desea que todos los seres se rindan a Él y se dediquen a Su servicio. Esto es lo que Le satisface.

Aunque está completo en Sí mismo, le gusta que Sus devotos le ofrezcan con devoción, aunque sólo sea una hoja, una flor, una fruta o agua. El Señor a veces pide a Sus devotos que le den comida, como si estuviera muy hambriento. A veces se aparece en sueños a un santo para decirle que su templo y su jardín están deteriorados y que Él ya no es feliz allí; entonces le pide que los restaure para Él. También puede ocurrir que sea enterrado, y entonces implora a su devoto que venga a salvarlo, como si Él no pudiera salvarse a sí mismo. O le pide a un sabio que predique Sus glorias por todo el mundo, aunque sólo Él es perfectamente capaz de llevar a cabo esta tarea. Así, aunque el Señor Soberano lo posee todo y es autosuficiente, depende de Sus devotos. Por eso Su relación con ellos es extremadamente íntima. Sólo un ser santo puede comprender cómo el Señor, aunque completo en Sí mismo, depende de su devoto para realizar alguna tarea en particular. Krishna lo explica bien cuando le dice a Arjuna, Su devoto:

«Sé, en esta lucha, sólo un instrumento en Mi mano».