Aquel que no se apodera ni de la alegría ni de la tristeza, que no se aflige ni codicia, que renuncia tanto a lo favorable como a lo desfavorable, es muy querido para Mí.

Aquel que es igual al amigo o al enemigo, que permanece igual en la gloria o en la desgracia, en el calor o en el frío, en la alabanza o en la culpa, siempre puro de toda contaminación, siempre silencioso, satisfecho con todo, despreocupado por el alojamiento, y que, establecido en el conocimiento Me sirve con amor y devoción, es muy querido para Mí.

Aquel que, lleno de fe, se compromete enteramente con este imperecedero sendero del servicio devocional, haciéndome a Mí la meta suprema, es muy querido para Mí.

Resumen.

La persona que nunca está inclinada a la felicidad material, el odio, la aflicción y la ambición, desapegada de todas las actividades favorables o dañinas del universo de la materia y totalmente dedicada a la conciencia de Dios, es muy querida por Krishna. El devoto que se muestra igual a los llamados amigos y enemigos de este mundo, y ni el calor ni el frío perturban ningún apego al cuerpo, que no siente apego y permanece ecuánime, ya sea que lo respetemos o lo insultemos, que siempre permanece serio, satisfecho en todas las circunstancias, sin una residencia fija pero siempre establecido en la conciencia de Krishna, es infinitamente querido por el Señor.

Incluso sin estar establecidos en una posición tan trascendental, el mero hecho de respaldar tal trascendencia nos hará muy queridos por Krishna.

Kṛiṣhṇa, Dios, la Persona Suprema, nos enseña la manera más propicia de vencer a la muerte.

El Señor dice: Queridos hijos míos, de todos los seres que han revestido en este mundo cuerpos materiales, aquellos a quienes se ha concedido una forma humana no deben trabajar día y noche por el simple placer de los sentidos, accesible incluso a perros y cerdos que se alimentan de excrementos. En cambio, deberían practicar penitencia y austeridad para alcanzar el nivel divino del servicio devocional. Gracias a esta práctica, el corazón se purifica y se descubre una existencia eterna llena de felicidad, que trasciende la felicidad material y dura para siempre.

Aquel que conoce el absoluto de Mi venida y de Mis actos no tendrá que renacer en el universo material, dejando su cuerpo, entrará en Mi reino eterno. A los hombres que desean reavivar su conciencia de Dios y acrecentar su amor por Mí, no les gusta hacer nada que no esté relacionado con Mi Persona.

Cuando la influencia de la ignorancia cubre el alma distinta [el alma individual y distinta de Dios], no puede conocer la naturaleza del ser infinitesimal ni la del Ser Supremo, entonces su mente es acaparada por la acción interesada. En consecuencia, a menos que desarrolle su amor por el Señor, que no es otro que Yo mismo,