El verdadero conocimiento es la capacidad de distinguir lo espiritual de lo material, de realizar a Dios, de descubrir nuestra verdadera identidad y de ser conscientes de Krishna. Es la capacidad de analizar las cosas en su perspectiva adecuada, de descubrir el camino que conduce al Supremo Eterno y de permanecer allí sin falta.

El conocimiento es la perfección última de la realización espiritual, y la realización espiritual, o la comprensión correcta del alma pura, permite la liberación de todos los apegos materiales.

El conocimiento conduce a la perfección última de la existencia y a la percepción del ser espiritual individual, distinto de Dios, en toda su verdad.

En verdad, nos hacemos verdaderamente mejores al realizar a Dios, al renovar el vínculo y la relación que nos une a Él. Pero para lograr esta pureza se requiere. Dios siendo puro, solo podemos acercarnos a él si nosotros mismos nos volvemos puros.

Por eso el Señor nos pide que observemos los principios regulativos de pureza, que prohíben comer carne, pescado y huevos, apostar, tener relaciones sexuales ilícitas fuera del matrimonio, consumir drogas y estupefacientes en todas sus formas, así como café, té, cigarrillos. y alcohol

Estas actividades inmorales nos preservan de la impureza perpetua. Por lo tanto, es imposible progresar en la conciencia de Krishna sin renunciar a ella.

Al adoptar la conciencia de Krishna o la conciencia de Dios, automáticamente nos volvemos puros. Por un lado debemos observar los principios reguladores de la pureza, y por otro debemos desarrollar, cada vez más, nuestra tendencia a servir a Krishna con amor y devoción. En verdad, entregándonos totalmente a Krishna y sirviéndole con amor y devoción, nos volvemos puros.

Quien no hace todo esto permanece impuro y fracasará. Es absolutamente necesario elevarse al nivel de conciencia de Krishna para llegar a ser verdaderamente puro.

La conciencia de Krishna purifica la inteligencia, la mente y los sentidos. Purificados de esta manera, es improbable que sean utilizados en otro lugar que no sea la conciencia de Dios.

El Soberano Eterno, Krishna, Dios, la Persona Suprema, nos da este sabio y maravilloso consejo: «Sed santos, como Yo mismo soy santo».

Jesús también nos da el mismo sublime consejo: «Puesto que el que os ha llamado es santo, vosotros también debéis ser santos en toda vuestra conducta».

Jesús añade: «Si os limitáis a saludar a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen también lo mismo los paganos?

Sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».