simultáneamente ser guiadas en la satisfacción de sus deseos materiales, alcanzar la liberación y volver a Dios, en su morada original.

Los que no perfeccionan los principios del servicio de amor y devoción ofrecido a Dios durante su vida actual, consiguen renacer en una familia rica, o en una familia cuyos miembros son devotos de Dios. Aquel que tiene la suerte de renacer en una de estas familias puede beneficiarse sin problemas de una atmósfera impregnada de conciencia de Krishna. Y un niño nacido en este ambiente está seguro de desarrollar su conciencia de Dios.

Los cuatro pasos preliminares que permiten entrar en el reino de Dios.

Cuatro pasos preliminares conducen a la realización de la conciencia de Dios: cultivar una disciplina moral pura, volverse no violento, reconocer la supremacía de Dios y preservar la vida al no quitársela a los seres humanos, a los animales terrestres y acuáticos o a las plantas en su diversidad.

Quien pasa por estas cuatro etapas, alcanza el estado de iluminación y se acerca a Dios.

Es imposible que cualquiera que derrame sangre de humanos, animales y destruya plantas entre en el reino de Dios. Es imposible que alguien que come carne, pescado y huevos se acerque a Krishna, Dios, la Persona Suprema.

Bienaventurados los que saben que el Señor Krishna guía personalmente a su devoto puro por el camino de la realización espiritual, por su compromiso con el servicio de amor y devoción que le ofrece, y por el afecto espontáneo que siente hacia Dios.

Amar a Krishna, Dios, la Persona Suprema, regocijarse en complacerlo, hacerlo feliz y hacer su voluntad divina, renovar el vínculo de amor que nos une a él, unir nuestros deseos y nuestros intereses a los suyos, abandonarnos totalmente a él y complacernos en servirlo con amor y devoción, tal es el secreto que nos permite entrar en el reino de Dios.

Todos aquellos que actualmente viven en el reino de Krishna encuentran un inmenso placer en manifestar constantemente su amor por Él, en ofrecerle maravillosas canciones, en jugar con Él, en escucharlo tocar maravillosamente en Su sublime flauta y en bailar al melodioso sonido espiritual que emana de ella, por la eternidad.