El Mundo Espiritual
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De hecho, la felicidad espiritual puede compararse con un océano de felicidad creciente. Mientras que los océanos de este mundo son estáticos, el océano espiritual es dinámico. El crecimiento dinámico del océano de felicidad espiritual está presente en la sublime Persona de Srimati Radharani, que encarna el dichoso poder del Señor Krishna.

El alma espiritual, que es nuestra verdadera identidad, está por naturaleza llena de dicha y conocimiento, este último puede ser realizado directamente a través del servicio amoroso y devocional a Krishna, Dios, la Persona Suprema. En este estado dichoso, el ser espiritual disfruta de una infinita felicidad trascendental a través de sus sentidos espirituales. Habiendo alcanzado esta perfección, sabe que no hay nada más valioso, y en adelante no se desviará de la Verdad Absoluta, Krishna, la fuente de la dicha perfecta, y permanecerá imperturbable a su lado.

Todos los que se refugian en Krishna, Dios, la Persona Suprema, disfrutan de una paz sublime. El mundo espiritual está tachonado de innumerables planetas y el Señor, a través de Sus igualmente innumerables emanaciones plenarias, gobierna cada uno de ellos. En cuanto a los seres puros que viven allí, gozan de las mismas ventajas que el Señor y sus compañeros eternos.

Krishna es la fuente absoluta de la dicha y la fuente de toda felicidad. Él difunde la dicha espiritual verdadera, permanente e ininterrumpida en todo su reino infinito a través de la todopoderosa Diosa Radharani, su energía interna y poder de dicha. Si entramos en contacto con ella, podemos saborear esta infinita alegría trascendental. Todas las grandes almas puras que viven con Krishna en su reino absoluto están abrumadas por la dicha, y experimentan una felicidad inefable.

Debido a que el ser espiritual (también llamado alma espiritual, el pequeño fragmento de Dios) es eterno, sólo puede encontrar la verdadera felicidad en el reino eterno de Krishna, Dios, la Persona Suprema, de donde nadie regresa a este mundo material de nacimiento, enfermedad, vejez y muerte interminable.

Merece ser llamado erudito, el que entiende la profundidad de esta verdad. Sabrá sacrificar todos los placeres ilusorios y efímeros de este mundo material, para alcanzar la única meta deseable, la felicidad absoluta que sólo puede obtenerse de Dios, pues Él es la verdadera fuente absoluta de felicidad y la destila a todos los que viven con Él por la eternidad.

Hay una clara distinción entre los sentidos materiales y los espirituales, que deben realizarse sin un concepto material que niegue la existencia de los sentidos espirituales. En el mundo de la materia, los sentidos están sobrecargados de ignorancia, y todos los maestros espirituales nos han aconsejado purificar nuestros sentidos del concepto material de la existencia. Todos en el mundo material utilizan sus sentidos para su propia satisfacción, mientras que en el mundo espiritual los sentidos sirven al propósito para el que fueron diseñados originalmente, es decir, la satisfacción del Señor Supremo.

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