El Mundo Espiritual
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Verdaderamente, a aquellos seres que están siempre absortos en la Conciencia de Krishna o Conciencia de Dios, en el servicio devocional puro, se les concede la oportunidad, en el momento de la muerte, de obtener la compañía de Krishna en una de las galaxias del mundo material, pues los entretenimientos de Krishna tienen lugar constantemente en nuestra galaxia, la Vía Láctea, o en otra. Así como el sol derrama su luz sobre todos los lugares de nuestro planeta, el advenimiento y los sublimes entretenimientos de Krishna, se manifiestan perpetuamente en nuestra galaxia o en otra. Los devotos maduros, habiendo alcanzado la perfección de la conciencia de Krishna, tan pronto como dejan sus cuerpos materiales son transferidos a cualquier galaxia en la que Krishna aparezca. Allí tienen su primera oportunidad de vivir en la compañía directa y personal del Señor. Este «entrenamiento» lo podemos ver en la Vrindavana de nuestro planeta (situada en la India). Así, Krishna reveló a los habitantes de Vrindavana el verdadero aspecto de los planetas espirituales Vaikunthas, para que pudieran conocer su destino.

Disfrutar del conocimiento en su plenitud es conocer a Krishna como Dios, la Persona Suprema. En el resplandor que emana del cuerpo divino de Krishna, Dios, que representa la «atmósfera» espiritual, no hay necesidad de la luz del sol, de la luna o de la energía eléctrica. Allí, todos los planetas producen su propia luz y son eternos. El mundo espiritual, bañado en este resplandor, no conoce ni la creación ni la aniquilación. Más allá del cosmos material hay un universo eterno y espiritual donde todo existe por la eternidad. Las almas condicionadas sólo pueden obtener el conocimiento del mundo espiritual a través de los grandes sabios que ya están más allá de la influencia de las tres gunas, los tres atributos y modos de influencia de la naturaleza material; la virtud, la pasión y la ignorancia. A menos que uno esté firmemente establecido en el nivel absoluto, la comprensión de la naturaleza de este mundo espiritual es imposible.

Al Señor Krishna le gustaba pasear por el bosque de Vrindavana, en la ladera de la colina de Govardhana. A orillas del Yamuna, vio en todos los árboles hermosas colmenas de las que manaba miel. En la colina de Govardhana había muchas cascadas, cuyo canto, dulce al oído, era escuchado por Krishna cuando exploraba las cuevas de la colina. Durante la estación de las lluvias, y cuando ésta llegaba a su fin hacia el otoño, Krishna y sus compañeros, especialmente si la lluvia empezaba a azotar el bosque, se sentaban bajo un árbol o en una cueva de Govardhana y se deleitaban saboreando los frutos mientras conversaban. Cuando Krishna y Balarama, Su primera emanación completa, pasaban todo el día en el bosque, Su Madre Yasoda les enviaba arroz con yogur, frutas y dulces. Krishna los disfrutaba en una losa de piedra a orillas del Yamuna. Krishna estaba orgulloso de la belleza del bosque, que no es más que la manifestación de su propia energía. Mientras la alegría reinaba por doquier, las vacas cubrían toda la tierra con su leche. Los ríos fluían y bañaban los árboles, que estaban cubiertos de frutos y corolas de mil sabores y colores. De sus troncos fluían gotas de miel. En las colinas y en las montañas crecieron hierbas de gran poder y brotaron gemas.

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