Debemos ofrecer todos nuestros pensamientos, palabras y acciones a Dios.

Cualquier acción realizada en este mundo por cualquier razón que no sea el placer de Krishna, Dios, la Persona Suprema, tiene el efecto de encadenar aún más al realizador. El alma encarnada se convierte así en esclava de su cuerpo. Debemos realizar todos nuestros actos con un espíritu de sacrificio para la satisfacción de Dios y sus devotos, que es la única manera de traer la paz y la prosperidad al mundo.

Los grandes sabios están siempre deseosos de hacer el bien a todos los seres vivos. El camino hacia la paz y la prosperidad no es conocido por el hombre olvidadizo; pero los sabios, que lo conocen bien, están siempre deseosos de realizar actos en beneficio de los hombres de virtud que den paz al mundo. Sinceros amigos de todos los seres, están constantemente comprometidos en su beneficio en el servicio del Señor, incluso a riesgo de grandes dificultades para ellos mismos. El Señor es como un gran árbol cuyas ramas y hojas son todos los demás seres, seres celestiales, seres humanos, seres perfectos, cantantes celestiales... Ahora bien, cuando se riega la raíz de un árbol, todas las partes se nutren por igual. Sólo las ramas y las hojas que se desprenden del árbol no quedarán satisfechas; además, a pesar de todos nuestros esfuerzos por regarlas, se irán secando poco a poco. Del mismo modo, cuando el hombre se separa de Dios, se convierte en una rama o una hoja que se ha caído del árbol, y ya no puede alimentarse; cualquier esfuerzo por satisfacerlo se convierte entonces en una pérdida de tiempo y energía. La sociedad actual, enteramente materialista, ha cortado su relación con el Señor Supremo, y todos los planes erigidos por sus gobernantes ateos están destinados al fracaso. Pero los hombres no saben sacar la lección correcta de esto.

En la época en que vivimos, el canto colectivo y público de los Santos Nombres del Señor es el método recomendado para «despertar» a los hombres, para restaurar su conciencia. Este método fue presentado con gran detalle científico por Chaitanya Mahaprabhu, que es el Señor mismo, y todo hombre inteligente debería aprovechar sus enseñanzas si quiere experimentar la verdadera paz y prosperidad y compartirla con toda la humanidad. Aquel que sirve al Señor Supremo, Krishna, con amor y devoción, adquiere de inmediato el conocimiento y el desapego de la existencia material por la gracia.

Todas las cosas materiales utilizadas en el servicio de Dios se espiritualizan inmediatamente.

Las tres fuentes de sufrimiento que marcan la existencia material, las causadas por la mente y el cuerpo, las causadas por los elementos de la naturaleza material y las causadas por los seres vivos, no pueden ser eliminadas sólo con acciones materiales. Estos deben ser espiritualizados por la práctica del servicio devocional. Así como el metal adquiere las mismas propiedades que el fuego cuando entra en contacto con