Sólo el afortunado que entra en contacto con un maestro espiritual, un verdadero siervo de Dios, y que desea leer los libros que transmiten la enseñanza del Señor; «Aprendamos a conocer al Señor», «Palabras de Krishna, Cristo, Dios, la Persona Suprema», «La Ciencia Espiritual Pura», «El bhagavad-gita», «El Srimad bhagavatam», es capaz de escapar del laberinto material.
Entregarse a Dios, amarlo y servirlo con amor y devoción, nos permite poner fin a las desgracias y sufrimientos que padecemos en este mundo, acercarnos al Señor Supremo y entrar en su reino eterno.
Entregarse a Dios, amarlo y servirlo con amor y devoción, nos permite poner fin a las desgracias y sufrimientos que padecemos en este mundo, acercarnos al Señor Supremo y entrar en su reino eterno.
Comprendamos que todas las concepciones corporales del placer no son más que productos de la energía ilusoria y comprendamos que todo en este mundo no es más que la creación de la energía material en su aspecto de energía ilusoria. Por lo tanto, si de alguna manera nos volvemos conscientes de Krishna, Dios, no importa cuáles sean nuestros motivos iniciales, eventualmente nos daremos cuenta de la Verdad tal como es, por la gracia del Señor.
Entonces perderemos todo interés por los placeres materiales. Sólo los santos devotos de Krishna, Dios, la Persona Suprema, pueden alcanzar la perfección de la existencia. En cuanto al que da sólo los primeros pasos en el camino del servicio devocional y que, sin ser maduro, cae de su posición, es sin embargo superior al hombre que se dedica por completo a los actos interesados de este mundo.
Dios es el único y último objetivo de la existencia.
Nuestro objetivo en este mundo es buscar el progreso en la vida espiritual. En efecto, quien se toma en serio el avance en la vida espiritual debe tener cuidado de apegarse sólo a Krishna, Dios, la Persona Suprema, y a nadie más. En la búsqueda de nuestro camino espiritual, a veces debemos aceptar entregarnos a todo tipo de actividades materiales, pero siempre debemos recordar que estamos actuando sólo para Krishna, Dios. Si este pensamiento permanece en nuestra mente, no corremos el riesgo de ser víctimas de estas actividades materiales. Ahora vemos cómo el afecto por un animal aumenta en todo el mundo. Así, incluso un personaje tan elevado como un ser santo, que ha desarrollado sentimientos de amor a Dios, puede caer de su posición por su apego a un animal, en este caso un cervatillo. Por esta razón, tuvo que renacer como un pequeño cervatillo. Ahora bien, si un santo devoto de Dios puede experimentar tal destino, ¿qué pasa con todos aquellos que no están espiritualmente avanzados y que se apegan a un perro o a un gato?
Su afecto por estos animales les obligará a renacer en cuerpos similares, a menos que aumenten sensiblemente su afecto y amor por el Señor Soberano. Porque si no aumentamos nuestra fe en Él, nos apegaremos a otras mil cosas, y ésta es