El devoto debe esforzarse siempre por escuchar la conversación espiritual y emplear su tiempo en cantar el santo nombre del Señor. Debe comportarse siempre de manera franca y directa, ser sencillo y, aunque no envidiar a nadie y por el contrario mostrar amistad hacia todos, debe evitar la compañía de seres poco evolucionados a nivel espiritual.
Aquel que desarrolla perfectamente todas estas cualidades espirituales y cuya conciencia está así completamente purificada, se siente atraído tan pronto como oye Mi Nombre o la descripción de Mis rasgos divinos.
Así como el carro del aire lleva la fragancia desde su fuente y captura inmediatamente el sentido del olfato, aquel que está constantemente absorto en el servicio devocional, en conciencia de Krishna, puede capturar a la Superalma, que está presente en todas partes por igual.
Como Alma Suprema, habito en el corazón de cada ser. Si uno descuida o falta al respeto a esta Alma Suprema omnipresente, mientras adora la murti (la forma o representación de Dios) en los templos, su devoción es una farsa.
Quien adora al murti, la forma de Dios instalada en el templo, sin saber que el Señor Supremo también está presente en el corazón de cada entidad viviente como el Alma Suprema, debe estar en la ignorancia; Es como una persona que ofrecería oblaciones en cenizas.
Quien Me muestra respeto pero envidia el cuerpo de los demás es un separatista, y debido a su hostilidad hacia otros seres, nunca conoce la paz del corazón.
Mi querida madre, incluso si alguien Me adora en Mi forma de Murti, siguiendo los rituales apropiados y con los artículos apropiados, nunca podrá complacerme si ignora Mi presencia en cada ser.
Mientras cumple con sus deberes, el hombre debe adorar al murti, la forma arca (la forma adorable de la representación del Señor Supremo en los templos), hasta que se dé cuenta de Mi presencia en su propio corazón así como en los corazones de todas las demás entidades vivientes (todas las demás entidades vivientes, humanas, animales y vegetales).
A través del fuego ardiente de la muerte, despierto un miedo terrible en todo aquel que haga la más mínima distinción entre él y los demás seres debido a diferencias externas.
Entonces, mediante donaciones caritativas y una actitud amable, comportándose de manera amistosa y viendo a todos los seres con los mismos ojos, uno debe atraer Mi favor, Yo que vivo en cada ser como su propia Alma.