La muerte ha sido tragada en victoria. Oh muerte, ¿dónde está tu victoria?
Oh muerte, ¿dónde está tu aguijón?
El universo material donde evoluciona el hombre es el mundo del olvido, del cual la muerte es sinónimo:
De olvidar todos los datos relativos a Dios como realmente es, de la verdad existencial y absoluta, y del mundo espiritual.
De olvidar el vínculo que nos une a Dios, de la relación de amor que intercambiamos con Él al principio de todas las cosas.
Olvidando nuestra verdadera identidad, la de entidad espiritual, o alma espiritual.
De olvidar nuestro pasado, nuestro lugar de origen y nuestras distintas encarnaciones anteriores.
De olvidar el cuerpo que tuvimos en nuestra última vida, porque es el cuerpo que sume al alma en el olvido de todo.
Cambiar de cuerpo es muerte.
Nos estamos interrogando sobre el porqué de nuestra existencia actual, deseosos como estamos de salir de esta ignorancia, para conocer nuestro futuro. Quien acuda a Dios oa su servidor íntimo, el auténtico maestro espiritual, tendrá todas las respuestas. Saldrán del olvido, para ellos la muerte no será más.
En verdad, la razón de ser de la existencia es buscar a Dios, para conocerlo como realmente es, para aprender a amarlo, a obedecerlo, a hacer su voluntad, a unir nuestros deseos e intereses a los suyos, a rendirnos a él, y servirle con amor y devoción.
Todos los que entiendan estas verdades encontrarán que sus vidas han cambiado. El Señor, por su gracia divina, pondrá fin a todos sus sufrimientos. Pasarán de muerte a vida eterna, porque para ellos la muerte ya no será más.