Logos 35
El Señor Supremo, Krishna, es el refugio absoluto para todos los seres, dondequiera que estén en el universo. Sólo Él preserva de todo temor.
Dondequiera que se encuentre, en los planetas superiores, en los planetas inferiores o en los planetas edénicos, la entidad espiritual encarnada debe refugiarse en el Señor para ser perfectamente preservada de todo temor, de todo sufrimiento y también para satisfacer las necesidades esenciales de su existencia. Esta dependencia absoluta del Señor constituye el amor puro y el servicio devocional. Nadie debe tener la menor duda al respecto, ni buscar la ayuda de un ángel, un ser celestial o un hombre poderoso, ya que todo depende sólo de Él. Salvo el propio Señor, todos dependen de su misericordia.
Que el Señor cree una sola galaxia es un acto maravilloso e inconcebible. Estas galaxias existen en número infinito y todas juntas constituyen lo que se llama la creación material. Pero esto, a su vez, es sólo una fracción de toda la creación. En efecto, el cosmos material es sólo una parte, una «cuarta parte» de las energías totales del Señor. El mundo espiritual eterno constituye los otros tres «cuartos» de la única realidad.
En verdad, el Señor crea y luego reabsorbe Su creación material solamente, pues la otra parte más grande de la creación, el mundo espiritual, permanece eternamente. El Señor mora en este reino eterno, y Sus Nombres, Atributos, Entornos, Entorno y Personalidad, todos ellos eternos, son manifestaciones de Sus diversas energías y emanaciones plenarias. El Señor no tiene límites y sus actos son insondables.