Logos 28
Krishna, Dios, la Persona Suprema, sigue siendo el Todo completo aunque todo emana de Él; nunca pierde Su poder. Siempre conserva su omnipotencia, pues es Dios, y su energía es suprema, inconcebible.
Dios es, y siempre será, una realidad positiva. Si nuestra energía se agota, la de Dios nunca lo hace: eso es lo que nos distingue de Él. Si, por ejemplo, ya no puedo caminar muy rápido, he perdido el vigor que poseía en mi juventud, pero Dios conserva su ardor juvenil para siempre. Krishna, el Señor Supremo, es absoluto, infalible y sin principio. Se despliega en innumerables formas, y aunque es la Persona original, el más antiguo de todos los seres, sus rasgos siempre conservan la frescura de la juventud. El Señor Supremo está en el corazón de todos los seres. Y aunque también está en cada átomo, Dios no es menos único, pues está más allá de todas las dualidades.
Es decir, Dios habita en mi corazón como en el tuyo, pero conserva su singularidad para siempre. Dios revela su omnipresencia a través de su manifestación impersonal (el único aspecto de Dios conocido por judíos, cristianos y musulmanes) y está personalmente presente en cada ser y en cada átomo; pero sigue siendo el Único Absoluto sin segundo.