Es imposible que alguien que come carne, pescado y huevos se acerque a Dios.

Krishna, Dios, la Persona Suprema es el objetivo último de la existencia, y conocerle como realmente es debería ser nuestro único objetivo y preocupación reales.

El verdadero propósito del viaje de la vida es volver a Dios.

La pureza es el principio fundamental de la conciencia divina, y es esencial para la restauración de nuestra relación eterna con Dios.

No olvidemos que el aspecto primordial e indispensable de la existencia es recuperar nuestra verdadera identidad espiritual.

Nuestras vidas deben estar totalmente entregadas al servicio de Dios.

Debemos desarrollar un profundo amor y afecto por Krishna, Dios, la Persona Suprema, que es la única manera de alcanzar el nivel espiritual donde es posible vivir con el Señor.

Esta es la perfección de la existencia.

Cada planeta del mundo material tiene una atmósfera particular, y si uno desea ir a un planeta concreto, debe necesariamente adaptar su cuerpo a las condiciones climáticas de ese planeta. Así pues, hay que cambiar completamente de cuerpo para alcanzar los planetas trascendentales del mundo espiritual. Sin embargo, los que aspiran a los planetas materiales superiores y paradisíacos pueden conservar su cuerpo etéreo, pero tienen que abandonar su envoltura carnal de materia densa, hecha de tierra, agua, aire, fuego y éter.

Del mismo modo, cuando se va a un planeta trascendental, es necesario abandonar tanto el cuerpo etéreo como el cuerpo de materia gruesa, pues hay que entrar en el mundo espiritual en una forma puramente espiritual. Sin embargo, este cambio de cuerpo se producirá automáticamente en el momento de la muerte si así se desea.

En verdad, podemos obtener un nuevo cuerpo material que corresponda a los deseos que tenemos en el momento de la muerte. Es el deseo de la mente el que lleva el alma a una atmósfera adecuada, igual que el viento lleva un aroma de un lugar a otro. Debemos entrenar la mente y el intelecto sistemáticamente para que en el momento de la muerte podamos desear conscientemente un cuerpo adecuado, ya sea en este planeta Tierra o en otro planeta material, celeste o edénico por ejemplo, o incluso mejor, en un planeta trascendental en el mundo espiritual.

Una civilización que no tiene en cuenta la elevación gradual del alma inmortal, sólo fomenta una vida de ignorancia del nivel animal. No es razonable creer que todas las almas que pasan de la vida a la muerte alcanzan el mismo destino. O bien se ven obligados a someterse a una condición determinada por la vida que acaban de llevar en este mundo material y, por tanto, seguirán sufriendo vida tras vida, o bien deciden alcanzar el lugar que han elegido, el reino absoluto de Dios, donde la vida es maravillosa y eterna, y experimentarán la verdadera vida, la verdadera libertad y la verdadera felicidad con Krishna.