El verdadero propósito del viaje de la vida es volver a Dios, a su reino absoluto y eterno.
El Señor Supremo, Krishna, es tan bueno con todos los seres que Él, como Alma Suprema o Espíritu Santo, siempre acompaña al alma encarnada, sean cuales sean las circunstancias. El Señor permanece con ellos en sus corazones como un testigo, un Amigo, con el único propósito de ayudarles a regresar a Su reino eterno. Desea que dejen este mundo de sufrimiento para siempre.
La civilización actual está demasiado preocupada por el cuerpo material y sus comodidades, y nadie conoce el verdadero propósito del viaje de la vida, que es volver a Dios. Lo que hay que buscar es el interés del alma, no el del cuerpo material.
No sólo debemos sentarnos en un compartimento cómodo, sino también asegurarnos de que el tren se mueve en la dirección correcta. Dedicarse al bienestar de nuestro cuerpo material no nos hace ningún bien a largo plazo si nos cuesta olvidar el lado primordial e indispensable de la existencia, recuperar nuestra identidad espiritual perdida.
Este recipiente, la forma humana, está diseñado de tal manera que debe ser dirigido hacia la meta espiritual suprema, nuestra morada espiritual original en el reino eterno y absoluto de Krishna, Dios, la Persona Suprema.
El ser vivo, una chispa y parte infinitesimal de Krishna, Dios, la Persona Suprema, tiene derecho, en virtud de su origen, a vivir en el mundo espiritual donde los seres santos que viven allí no conocen la ansiedad. Volverá a Dios, a su morada original cuando deje su cuerpo, si sigue y obedece las instrucciones del Señor Supremo.
El Señor vive en el mundo espiritual en Su forma personal original y absoluta, y el ser santo o devoto que sigue Sus instrucciones regresa a Él. Como persona espiritual, ese devoto vuelve a Dios, la Persona Suprema, para jugar y bailar con Él. Este es el objetivo final de la vida.
Generalmente el ser humano no es consciente de que su verdadero interés es volver a su morada original, a Dios. No hay que buscar el interés del cuerpo, sino el del alma. No saben que su verdadero hogar está en el mundo espiritual. Hay un número infinito de planetas espirituales ahí fuera, y uno de ellos es nuestro verdadero hogar original. El más importante de todos, que es más grande que todos los planetas espirituales y materiales combinados, se llama Krishnaloka, o Goloka Vrindavana. Todos los planetas espirituales están situados bajo este majestuoso planeta, la morada de Krishna.
Hay que ser inteligente para volver a Dios. Por lo tanto, hay que interesarse por todo lo que concierne a los planetas espirituales, llamados Vaikuntha, y especialmente el planeta llamado Goloka Vrindavana, el planeta de Krishna. También debe aprender el arte de ir allí por el simple método del amor y el servicio devocional, a través del cual