Mientras el ser espiritual encarnado permanezca alejado de Dios, rompa el vínculo que le une al Señor Supremo y no quiera obedecerle, buscando sólo el placer de sus sentidos mientras se sumerge en el materialismo desenfrenado, permanecerá en la ignorancia de Dios, de su verdadera existencia y de su verdadera identidad. Se dice entonces que está inmerso en el olvido. Sólo conocerá la muerte, aunque viva, pues el cambio de cuerpo material sumerge al ser espiritual encarnado en el olvido, y el olvido es la muerte. En realidad, la muerte sólo concierne al cuerpo material y no al ser espiritual o al alma espiritual, pues el cuerpo espiritual permanece en todo momento.
La resurrección sólo se aplica a Dios y a sus representantes, los santos, pues no se refiere al cuerpo material, sino al espiritual.
En verdad, la resurrección de los muertos corresponde a la resurrección del cuerpo espiritual; es el renacimiento del ser espiritual a la vida verdadera. Se aplica a la transformación del ser mortal en un ser inmortal, de un ser material en un ser espiritual, de un ser humano en un ser divino.
El cuerpo espiritual nunca muere, mientras que el cuerpo material, humano, animal o vegetal, está sujeto a la destrucción, a la aniquilación. El cuerpo espiritual permanece incluso después de la destrucción del cuerpo material. Todos tenemos un cuerpo espiritual, que emerge o resucita para todos aquellos que caminan con Dios.
En verdad, la resurrección de los muertos corresponde a la reaparición del cuerpo glorioso, incorruptible y espiritual que teníamos desde el principio, y que perdimos al entrar en este mundo material, pero sobre todo al encarnar en un cuerpo material. No hay resurrección de cuerpos materiales, porque es una mentira de satanás. Por otro lado, aquellos que se vuelvan a Krishna, Dios, la Persona Suprema, que elijan amarlo, entregarse a Él, hacer Su voluntad divina, unir sus deseos e intereses con los Suyos, y servirlo con amor y devoción sin falta, encontrarán al morir su envoltura carnal, su cuerpo espiritual, que conservarán por la eternidad, y gracias al cual podrán entrar en el reino eterno y absoluto de Dios, para vivir con Él.
Esta es la verdadera resurrección.
Nuestro verdadero hogar y la verdadera tierra prometida es el mundo espiritual, también llamado reino de Dios.
No nos aferremos a nada en este mundo de materia bruta, porque todos somos seres espirituales eternos, no somos de este mundo material. En realidad, todos estamos de paso en este mundo.
Nuestra verdadera morada original, nuestro verdadero hogar es el mundo espiritual donde todos vivíamos, donde todos tenemos que volver, y donde todos podemos jugar y disfrutar con Krishna, Dios, la Persona Suprema por la eternidad.