Por lo tanto, uno tiene que cambiar su cuerpo completamente para alcanzar los planetas trascendentales del mundo espiritual.
Sin embargo, los seres celestiales, al tener un cuerpo etéreo diferente al de los seres humanos en la tierra, no mueren como los seres humanos. Por lo tanto, los seres celestiales que viven en Satyaloka, el planeta más elevado de nuestra galaxia, el de Brahma, el primer ser creado, el demiurgo y gobernante de nuestra galaxia, se unen al mundo espiritual y así van directamente a un planeta espiritual en el momento de la aniquilación cósmica, sin cambiar sus cuerpos.
Sin embargo, el que aspira a los planetas materiales superiores, edénicos y paradisíacos, puede conservar su cuerpo etéreo, pero debe dejar su envoltura carnal de materia densa, hecha de tierra, agua, fuego, aire y éter.
Los seres celestiales que viven en los planetas superiores y los que viven en los planetas inferiores son, por tanto, de idéntica naturaleza. Sin embargo, los seres de la condición humana se sienten a veces atraídos por la adoración de los seres celestiales de los planetas superiores, pero esta adoración es efímera.
Al igual que los seres humanos del planeta Tierra tienen que cambiar de cuerpo cuando llega el momento de reencarnarse, también los seres celestiales con poder como Indra, Candra, Varuna, deben cambiar un día de cuerpo.
Por supuesto, el ser humano tiene libre albedrío y por lo tanto, si no desea ser liberado del universo material, puede ocupar el puesto de Brahmâ (el primer ser creado y gobernante de nuestra galaxia colocado en este puesto por Krishna, Dios), y visitar los Siddhalokas, los planetas donde viven los seres materialmente perfectos, que tienen todos los poderes para controlar la gravedad, el espacio y el tiempo.
No es necesario abandonar el cuerpo etéreo (compuesto por la mente, la inteligencia y el falso ego), sólo hay que deshacerse del cuerpo material, de la materia densa.
Los seres celestiales dotados de poderes por Dios, gobiernan varios sectores de la creación, las diversas funciones de la naturaleza material y gobiernan los elementos del cuerpo material, bajo la autoridad del Señor Krishna o Visnu.
En efecto, los ministros plenipotenciarios del Señor, los seres celestiales, gobiernan hasta los más pequeños mecanismos de un ser vivo, como una hormiga o un virus.
Son los seres a los que el Señor ha dotado del poder de gobernar un sector de la creación material, los astros como el Sol, los planetas como la Tierra, la Luna, los elementos de la naturaleza, como las lluvias, los huracanes, el fuego..., y así velar por las necesidades de todos los seres.
En verdad, los seres celestiales gobiernan todas las actividades de las diferentes partes de nuestro cuerpo, es un hecho establecido. Ni siquiera somos dueños de nuestros párpados, todo se hace bajo la dirección de los seres celestiales.