trascendental al Señor Supremo, el alma sumisa percibe la presencia de su Amado en todas partes y utiliza todos sus sentidos para servirle con amor y devoción.
Así es como el Señor se manifiesta a Su devoto puro desde su interior [así, cuando tarareo la canción del Señor, «Haré Krishna», el Alma Suprema dentro de mí a veces canta junto a mí para complacerme]. Este es uno de los misterios de la relación devocional, que une al Señor y a Su devoto, y los vincula por amor espontáneo.
Alcanzar este amor debe ser la meta de la existencia de todo ser vivo.
La vida real sólo comienza al final de la existencia material.
Enseñanza del Señor Krishna, Dios, la Persona Suprema.
El Señor dice: «Hasta ahora has recibido de Mí el conocimiento analítico de la filosofía sankhya [Filosofía para el estudio analítico de las condiciones materiales y para establecer firmemente al ser en el servicio devocional. Permite conocer la verdad tal y como es. Es el conocimiento de la salida del cuerpo material]. Recibe ahora el conocimiento del yoga [yoga: el camino de la unión y comunión con el Supremo, Dios, y de la igualdad del alma o ecuanimidad. La ecuanimidad o igualdad de alma, igualdad de ánimo, es una disposición afectiva de desapego y serenidad con respecto a cualquier sensación o evocación, agradable o desagradable], que permite actuar sin estar atado a las propias acciones. Cuando esta inteligencia te guía, puedes romper las cadenas del karma.»
Para quien camina por esta senda, ningún esfuerzo es en vano, ningún beneficio obtenido se pierde, el más pequeño paso nos libra del más espantoso temor. El que recorre este camino es decidido en su esfuerzo y persigue un único objetivo. En cambio, la mente de quien carece de esta firmeza se pierde en muchos caminos oblicuos.
El incauto se aferra al lenguaje florido de los Vedas [las sagradas escrituras originales también llamadas «el verdadero evangelio»], que enseñan diversas prácticas para alcanzar los planetas de las delicias [paradisíacos, edénicos], renacer favorablemente, obtener poder y otros beneficios. Inflamado por el deseo de las alegrías de una vida opulenta, no ve más allá. Demasiado apegado a los placeres de los sentidos, la riqueza y la fama, engañado por sus deseos, nadie conoce la firme resolución de servir al Señor Supremo con amor y devoción.
Supera las tres gunas [los tres atributos y modos de influencia de la naturaleza material; virtud, pasión e ignorancia], esas influencias de la naturaleza material que son el objeto principal de los Vedas. Libérate de la dualidad, abandona todo deseo de posesión material y de paz, únete firmemente al Supremo. Porque, al igual que una gran lámina de agua llena todas las funciones del pozo a la vez, quien conoce el propósito último de los Vedas cosechará todos sus beneficios.