mundo espiritual en una forma puramente espiritual. Sin embargo, este cambio de cuerpo se producirá automáticamente en el momento de la muerte si así se desea.

De hecho, podemos obtener un nuevo cuerpo material correspondiente a los deseos que tenemos en el momento de la muerte. Es el deseo de la mente el que lleva el alma a una atmósfera adecuada, igual que el viento lleva un aroma de un lugar a otro. Debemos entrenar la mente y el intelecto de forma sistemática, para que en el momento de la muerte podamos desear conscientemente un cuerpo adecuado, ya sea en este planeta tierra o en otro planeta material, celestial o edénico por ejemplo, o incluso mejor, en un planeta trascendental en el mundo espiritual.

Una civilización que no tiene en cuenta la elevación gradual del alma inmortal, sólo fomenta una vida de ignorancia del nivel animal. No es razonable creer que todas las almas que pasan de la vida a la muerte alcanzan el mismo destino. O bien se ven obligados a someterse a una condición determinada por la vida que acaban de llevar en este mundo material y, por tanto, seguirán sufriendo vida tras vida, o bien deciden llegar al lugar que han elegido, el reino absoluto de Dios, donde la vida es maravillosa y eterna, y experimentarán la verdadera vida, la verdadera libertad y la verdadera felicidad con Krishna.

El secreto del éxito y la perfección de la existencia es la entrega de uno mismo a Dios.

Por eso debemos rendirnos al Señor.

La meditación, también llamada absorción de la mente, implica la concentración de los pensamientos en la causa suprema de todo lo que es, es decir, Krishna, Dios, la Persona Suprema, aunque en ese momento no se conozca su naturaleza exacta, personal, impersonal o localizada. Tal concentración en el Absoluto o Dios es una forma de servicio devocional. De hecho, interrumpir todas las búsquedas de los sentidos y concentrarse en la causa suprema es una marca de auto-abandono, y tal abandono es a su vez una marca segura de servicio devocional a Krishna. Todo ser debe dedicarse al servicio de amor y devoción ofrecido al Señor Krishna si desea conocer la causa última de su existencia.

Entregarse voluntariamente a Krishna, llevar a cabo todas Sus instrucciones, obedecerle y hacer toda Su voluntad de forma espontánea e inmediata, libera a uno de todas las consecuencias del pecado, por muchas que sean, y ofrece la liberación de este mundo material.

Rendirse a Dios es tener una confianza absoluta en Él, hasta el punto de ofrecerle la propia vida, la propia existencia, todo lo que se posee y todo lo que se hace.

Rendirse a Krishna es servirle con amor y devoción, complacerse en Él y disfrutar satisfaciéndole.

La entrega a Krishna es sinónimo de purificación total.