También hay algo de karma en la toma de vida vegetal, pero se anula con el proceso de ofrecer comida a Dios, porque el Señor dice que acepta esas ofrendas vegetarianas.
También hay que renunciar a las sustancias excitantes y venenosas, como el café, el té, el alcohol y el tabaco. Intoxicarse de este modo equivale a dejarse influir por la ignorancia, y puede conducir a un nacimiento inferior en la próxima vida.
Verdaderamente, si las almas encarnadas y condicionadas por la materia y la energía de la ilusión del Señor meditan de alguna manera en Krishna, Dios, la Persona Suprema, se liberarán de todas sus faltas. Ya sea que piensen en Él como el Señor adorado o como el enemigo, al meditar constantemente en Su Persona divina, recuperarán su cuerpo espiritual.
El Señor dice: «Libres de todo apego, libres del miedo y la ira, completamente absortos en Mí y buscando refugio en Mí, muchos se purificaron al conocerme, y todos alcanzaron así el amor puro por Mí.»
Aunque cometa los peores actos, quien se dedica al servicio devocional debe ser considerado un hombre santo, porque está en el camino perfecto.
Muchos han alcanzado la liberación simplemente pensando en Dios con una atención indivisa y renunciando a todos los actos pecaminosos.
Otras técnicas para liberarse del ciclo de reencarnaciones sucesivas son ofrecer a Dios los frutos del trabajo y todas las acciones. Todos los hombres deben trabajar para mantener su cuerpo, pero si uno actúa sólo para su propia satisfacción, entonces debe aceptar las consecuencias del karma, ya sean buenas o malas, en vidas futuras. Uno debe actuar sólo para la satisfacción del Señor. Esta acción se llama servicio devocional, y está libre de karma. Actuar en conciencia de Dios es como realizar sacrificios.
El hombre debe sacrificar su tiempo y su dinero para la satisfacción del Ser Supremo. La acción debe ofrecerse como un sacrificio a Dios, para no atar al hacedor al mundo material, que es un mundo de sufrimiento.
La acción realizada como servicio devocional no sólo lo preserva a uno de las reacciones del karma, sino que también lo eleva gradualmente al servicio del amor espiritual ofrecido al Señor, que es la clave para entrar en el reino de Dios.