El Señor dice a este efecto: «Los envidiosos y los malvados, los últimos de los hombres, me sumerjo en el océano de la existencia material en diversas formas de vida demoníaca. Estos, al renacer vida tras vida en la especie demoníaca, nunca podrán acercarse a Mí. Poco a poco, se hunden en la condición más abominable.»
Aquel que blasfeme del Señor tendrá que renacer en una familia de seres demoníacos, impíos, malvados, ateos, proscritos, donde es probable que olvide el servicio de amor y devoción del Señor.
En verdad, los sinvergüenzas que blasfeman del Señor Supremo porque Él aparece en este mundo material bajo la apariencia de un hombre ordinario, no saben nada de Su infinita grandeza. Todo lo que hagan los que se comportan como enemigos del Señor, verán fracasar todos sus esfuerzos.
Por otro lado, aquellas almas encarnadas y condicionadas por la materia que mediten de una u otra forma en el Señor Krishna, que es todo conocimiento, dicha y eternidad, se liberarán de todas sus faltas, de todos sus pecados. Que piensen en Él como su adorado Señor, y recuperarán su cuerpo espiritual.
El Señor dice: «Libres de todo apego, libres del miedo y la ira, completamente absortos en Mí y buscando refugio en Mí, muchos se purificaron al conocerme, y todos alcanzaron así el amor puro por Mí.»
No debemos blasfemar de Dios, ni de sus devotos, que son sus verdaderos e íntimos servidores. Quien se atreva a blasfemar contra Dios irá al infierno para no volver a salir, y quien blasfeme u ofenda a uno de sus devotos tendrá que sufrir mucho. Dios no acepta que nadie ofenda o falte al respeto a uno de sus devotos.
Así que no blasfememos de Dios ni de ninguno de Sus devotos, y sobre todo no escuchemos a todos los incrédulos demoníacos que nos instan a blasfemar, y que por tanto nos condenan a sufrir mucho en nuestra próxima vida.
En verdad, entendamos que un blasfemo puede ser liberado de este pecado, tan pronto como cante el himno de los Santos Nombres del Señor. La liberación está así asegurada para el ser santo que sirve incesantemente al Señor con buen ánimo, sin cometer ofensas. Al fijar nuestra atención en Krishna, Dios, la Persona Suprema, de manera sostenida, nos purificamos hasta liberarnos de la existencia material.