Las perforaciones subterráneas en busca de carbón, petróleo, gas y pizarra crean desequilibrios que pueden hacer que el planeta se desvíe de su órbita. Si tomamos los recursos naturales de la naturaleza material que no están destinados a nuestro uso directo, rompemos el orden divino, pues todo en el universo está perfectamente ordenado.
El petróleo del núcleo de la Tierra produce los gases necesarios para su mantenimiento en el espacio. Cualquier cosa que hagan los hombres para llenar los agujeros causados por las diversas perforaciones, porque ignoran las leyes divinas, incluidas las leyes de la naturaleza material, provocarán nuevos desequilibrios.
La gente trata de controlar las leyes de la naturaleza material sin saber que es simplemente imposible. Su error es que creen que se han convertido en los dueños de la naturaleza material. El ser encarnado cree que es el autor de sus acciones, cuando en realidad son realizadas por la naturaleza material.
Dios es la verdadera solución.
Si uno realmente quiere mejorar las condiciones ambientales y climáticas de la tierra, entonces volvamos primero al Señor Supremo y recuperemos la conciencia de Dios perdida. Mientras el hombre esté inmerso en la pasión y la ignorancia, mientras suponga que todo le pertenece, mientras se atreva a creer que es igual al Ser Supremo, y mientras su conciencia esté influenciada por la lujuria y la avaricia, seguirá siendo imposible producir ningún cambio real en la tierra, y mucho menos revertir nada.
Lo primero que hay que hacer es comprender que todo lo que hay en la tierra, así como en todos los planetas de nuestra galaxia y en todas las galaxias del cosmos material, pertenece a Krishna, Dios, la Persona Suprema. Quien se atreva a acaparar cualquier objeto de este espacio, propiedad de Dios, es un ladrón.
La llave de oro es tomar conciencia de Krishna, Dios, la Persona Suprema. Ser consciente de Dios, es decir, consciente de Krishna, significa dejar de ver cualquier cosa en la tierra como nuestra propiedad, sino como la única propiedad de Krishna, la Persona Suprema.
Es fácil darse cuenta de que la naturaleza material no actúa bajo nuestra autoridad, sino bajo la única autoridad de Dios. Por lo tanto, no tenemos poder para cambiar las condiciones climáticas.
El Señor Supremo tiene los principios de la energía material en Su único poder. Él mantiene el universo material y con Su poder sostiene y hace girar los planetas en el espacio y sus órbitas. Él ilumina la tierra a través del sol y la luna, y controla el nivel de los océanos.
La influencia de Dios a través de sus diversas energías prevalece en todas las cosas.
El Señor nos dice además: «La energía de las tres gunas [los tres atributos y modos de influencia de la naturaleza material; la virtud, la pasión y la ignorancia], esa energía divina, la Mía, es extremadamente difícil de superar. Pero el que se rinde a Mí cruza fácilmente sus límites.»
En verdad, no sólo es extremadamente difícil superar las leyes de la naturaleza material, sino que para los materialistas incrédulos y ateos, es simplemente imposible.
Pero aquellos que se rinden a Krishna, Dios, la Persona Suprema, lo logran muy fácilmente. Tal es la perfección de la existencia.