Palabras de sabiduria, la sabiduria de Dios
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Logos 429

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La paz perfecta llega sólo a través del pleno desarrollo de la conciencia de Dios.

Las almas encarnadas y condicionadas por la materia, atrapadas en las garras de la energía ilusoria, anhelan encontrar la paz en este mundo, pero desconocen las condiciones requeridas para obtenerla.

En verdad, el secreto está en conocer a Dios como beneficiario de todo esfuerzo humano.

El ser humano debe sacrificarlo todo al servicio absoluto del Señor Supremo, porque a Él le pertenecen todas las galaxias, los planetas que las componen y sus habitantes. Nadie lo iguala ni lo supera, Él es el Único sin igual. El Señor reina sobre la naturaleza material, y todas las almas condicionadas están sujetas al yugo y al rigor de las leyes de la naturaleza material.

A menos que conozcas estas verdades fundamentales, no hay paz en este mundo, individual o colectivamente. La paz perfecta llega sólo a través del pleno desarrollo de la conciencia de Dios.

Ser consciente de Dios significa, en primer lugar, darse cuenta de que Krishna es realmente Dios, la Persona Suprema, el Señor, el Maestro Absoluto de todo lo que es, y que todos los seres individuales distintos de Su Persona Divina, incluidos los poderosos seres celestiales, están subordinados a Él. El ser consciente de Dios actúa con pleno conocimiento de su relación con el Señor, y la perfección de este conocimiento consiste en conocer perfectamente a Dios, el Señor Krishna, la Persona Suprema, como realmente es, y Sus glorias.

El alma pura, como parte integrante y diminuto fragmento de Dios, sigue siendo su eterno servidor. Pero en cuanto desea dominar a maya, la naturaleza material ilusoria, se ve atrapado por esta última y es presa de muchos sufrimientos.

Mientras el alma permanezca en contacto con la materia, debe actuar según sus necesidades materiales. Sin embargo, incluso en medio de la materia, podemos despertar nuestra conciencia espiritual y encontrar una existencia pura. Todo lo que tenemos que hacer es practicar la conciencia de Dios. Cuanto más progresamos en este camino, más nos liberamos de las garras de la materia. El Señor es imparcial, y todo depende de los esfuerzos que uno haga en el cumplimiento de su deber para controlar sus sentidos y superar el predominio de la lujuria y la ira.

Dominando las propias pasiones, se puede desarrollar la conciencia de Dios y alcanzar el nivel espiritual.

La perfección suprema puede alcanzarse mediante la práctica del amor y el servicio devocional, que es lo único que permite acercarse a Dios y puede dar paz al ser humano. El amor y el servicio devocional a Dios es el pináculo de la perfección.

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