Él es también las diversas fases de la materia, desde el principio hasta el final de la manifestación cósmica visible en varios aspectos del tiempo, pues Él es tanto la causa como el efecto de este cosmos material.

Los dos polos de este mundo, representados por el dominante y el dominado, también se encuentran en Él, que está por encima de ellos, Él el Maestro Supremo y Absoluto. Por eso Él está más allá de la percepción de nuestros sentidos.

Es de nuevo el Alma Suprema, también llamada Espíritu Santo, no nacida e inmutable. Él posee en Su Esencia Divina todos los principios fuente.

La maravillosa variedad que puebla el universo material también es creada por Él, que entró en forma de Alma Suprema en todos y cada uno de los seres vivos, los seres celestiales, los habitantes de los planetas celestes, los seres humanos, los animales, las plantas e incluso los átomos.

Él es el sustentador de todo lo que existe.

La fuerza vital, el principio vital en todo, y la fuerza creativa resultante no actúan por sí mismos, pues dependen totalmente de Krishna, sin cuya voluntad no pueden actuar.

La energía material no tiene el beneficio del conocimiento, no puede actuar independientemente, sin ser puesta en acción por Dios. Como la naturaleza material descansa enteramente en Dios, los seres vivos sólo pueden intentar actuar. Sin su sanción y voluntad, no pueden realizar nada, ni obtener los resultados que desean.

Es de Krishna, Dios, la Persona Suprema, y sólo de Él, que emana la energía original. Los rayos de la luna, el calor del fuego, el resplandor del sol, el parpadeo de las estrellas y los relámpagos cargados de electricidad tan poderosos, la gravedad de las montañas, la energía de la tierra así como la calidad de su aroma, son todas manifestaciones diferentes de Su Persona. Del mismo modo, el agua y su sabor puro, y la fuerza vital que sustenta toda la vida, son meros aspectos de Su gracia.