Como no podemos escapar a sus propósitos, debemos aceptar ser guiados por Él.

Si en todas las circunstancias nos mantenemos fieles a la condición a la que el Señor Supremo nos ha destinado siguiendo sus instrucciones, entonces alcanzaremos la perfección de la existencia.

Si seguimos al Señor Soberano adhiriéndonos a las instrucciones que Él da, nuestra vida será exitosa.

Debemos aceptar la situación en la que estamos colocados por la voluntad del Señor Soberano, sea cual sea, y tratar de absorbernos en Su servicio amoroso y devocional. Sólo entonces nuestra vida será fructífera.

Krishna, Dios, la Persona Suprema es el refugio supremo. Quien se refugia en Él tiene asegurada la protección.

El Señor declara: «Puedes proclamarlo con fuerza, Mi devoto nunca perecerá.»

A menos que uno esté protegido por la gracia del Señor, ninguna medida de protección será realmente efectiva. Por lo tanto, hay que depender totalmente de la misericordia sin causa de Dios para no temer nada.

Aunque en la vida cotidiana haya que recurrir a otras medidas de protección por conciencia, hay que saber que nadie puede proteger al ser que Dios, la Persona Suprema, ha abandonado. Nunca podremos encontrar la felicidad en este mundo material sin la gracia del Señor Supremo.

Si seguimos actuando en contra de la voluntad de Krishna, Dios, la Persona Suprema, nunca seremos felices en ningún planeta del universo material.