Logos 385
Cuando la energía ilusoria se retira y el ser encarnado, por la gracia del Señor, se enriquece con el pleno conocimiento, la luz de la realización espiritual brilla en él y se instala en la gloria de su verdadero ser.
Las Formas, los Nombres, los Entretenimientos, los Atributos, los Compañeros y las Energías del Señor Supremo, todos los cuales participan del Absoluto, no difieren en nada de Él. Su energía absoluta, por ejemplo, actúa en proporción a su omnipotencia.
Únicamente, se manifiesta de tres maneras diferentes, como energía interna, externa o marginal, y el Señor en su omnipotencia puede lograr cualquier cosa que quiera a través de cualquiera de estas tres energías. Así, por Su sola voluntad, Él puede transformar la energía externa en energía interna; igualmente, esta energía externa, que sirve para engañar a los seres que la desean, puede, por la gracia del Señor, eliminar el peso de su influencia, cuando el alma condicionada se arrepiente de sus faltas y toma el camino penitencial. Esta misma energía puede, a partir de ese momento, contribuir a la purificación del ser que progresa en el camino de la realización espiritual.
Tomemos el ejemplo de la energía eléctrica. El electricista cualificado es capaz, mediante un simple ajuste, de transformarla en energía de calor o de frío. Del mismo modo, la energía externa, ilusoria, que hoy mantiene al ser aprisionado en el ciclo de muerte y renacimiento, puede, por voluntad del Señor, transformarse en energía interna, y guiar al ser hacia la vida eterna.
Cuando un ser recibe así la gracia del Señor, recupera su condición natural y puede disfrutar de la existencia espiritual y eterna.