Cuando la mente y los sentidos se purifican, toda la existencia se purifica, y uno se libera de todas las designaciones materiales. Uno deja de pensar en sí mismo como un ser celestial, un ser humano, un animal, un cristiano, un musulmán, un africano, un europeo o un asiático, etc. Cuando los sentidos y la mente se purifican y cuando uno se absorbe completamente en el servicio de Krishna, uno puede liberarse de este mundo material y regresar a Dios, a nuestra morada original en el reino eterno y absoluto del Señor Supremo, Krishna.
Un ser liberado, cuya conciencia está establecida en Krishna, no vive realmente en este mundo material, aunque todavía esté en él.
Aquel que está absorto en la conciencia de Dios, la conciencia de Krishna, es un ser liberado. No tiene ninguna conexión real con el mundo material. El que alcanza el nivel espiritual y absoluto se libera del ciclo de muertes y renacimientos repetidos. Sólo por conocer la naturaleza absoluta de Krishna, Dios, la Persona Suprema, uno se libera de las cadenas del ciclo de la muerte y el renacimiento. Cuando deja su cuerpo material, el ser liberado vuelve a su morada original en el reino de Dios.
Entreguémonos a Krishna, Dios, la Persona Suprema, y sirvámosle con amor y devoción, y al morir nuestro cuerpo, recuperaremos nuestro cuerpo espiritual a través del cual entraremos en el reino de Krishna, todo conocimiento, dicha y eternidad. Esta es la verdadera resurrección.
La entrega a Dios y el servicio devocional es el camino seguro para acercarse a Krishna, para entrar en Su reino absoluto y verlo cara a cara.
El que permanece con Dios está cerca del fuego, y el que está lejos del Señor Supremo está lejos del reino de Dios.
Nadie puede acercarse a Dios si antes no se purifica de todas las consecuencias de sus faltas, de sus pecados.
Sólo aquellos que evolucionan hasta el nivel de la virtud pura pueden acercarse a Dios, conocerle tal y como es y servirle con amor y devoción. Krishna, Dios, la Persona Suprema es la última morada, el último refugio, el soberano purificador y el más puro de todos los puros.
Para acercarse a Él hay que ser perfectamente puro, y para ello se requiere moral y ética.
Por eso Dios dice «Sed santos como yo soy santo».
Por eso también está prohibido tener relaciones sexuales ilícitas fuera del matrimonio, comer carne, pescado y huevos, consumir drogas y todos los tóxicos como el alcohol, el tabaco, la cafeína, la marihuana, el café, el té, y dedicarse a los juegos de azar o a la especulación con el dinero, que son los cuatro pilares del pecado.
Quien evita estos cuatro pilares del pecado puede permanecer puro. La conciencia de Krishna, la conciencia de Dios, se basa en esta moral. Quien no pueda seguir los principios anteriores caerá del plano espiritual y se hundirá en la oscuridad de la ignorancia.
La pureza es el principio fundamental de la conciencia de Dios y es esencial para restaurar nuestra relación eterna con Dios.