Logos 331
El Señor dice: «El ser conoce la perfección de la dicha espiritual cuando, mediante la práctica, logra apartar su mente de toda actividad material. Entonces, una vez purificada la mente, se da cuenta de su verdadera identidad y saborea la alegría interior. En este estado feliz disfruta, a través de sus sentidos purificados, de una felicidad espiritual infinita. Alcanzada esta perfección, el alma sabe que no hay nada más valioso y no se desviará de la verdad, sino que permanecerá imperturbable en ella, incluso en medio de las peores dificultades. Esta es la verdadera liberación de todos los sufrimientos nacidos del contacto con la materia.»
La primera cualidad de la comunión con el Absoluto, Dios, es que borra gradualmente de nuestra conciencia todos los conceptos materiales de la vida. Entonces, cuando el ser realiza el Alma Suprema, a través de su mente e inteligencia espiritual, el alma realizada, el espiritualista, puede experimentar el éxtasis espiritual o la dicha espiritual, sin cometer nunca el error de identificarse, como alma separada, con el Alma Suprema. Cuando cesa toda actividad material, el ser comienza a actuar en el nivel espiritual, al servicio del Señor, en conciencia de Krishna. Entonces experimenta la verdadera vida, libre de toda contaminación material, libre de maya, la ilusión. Escapar del contacto impuro de la materia no implica que el ser se destruya en su naturaleza original y eterna como individuo. La dicha espiritual absoluta marca la verdadera vida. El Absoluto es, por naturaleza, la dicha total. Esta dicha total y natural, inherente al ser espiritual, es el objetivo último de la comunión con el Ser Supremo, y puede alcanzarse fácilmente mediante el servicio devocional. Mientras tengamos un cuerpo material, tenemos que cumplir sus requisitos: comer, dormir, aparearnos y defendernos.
El ser puro no rompe esta regla, pero lo hace en la medida necesaria, sin buscar la excitación de los sentidos. Está decidido a sacar lo mejor de la carga de un cuerpo material y, consciente de Dios, disfruta de una felicidad totalmente espiritual en este mundo. Imperturbable ante las múltiples vicisitudes de la vida, los accidentes, la enfermedad, la pobreza, la muerte de un ser querido, cumple con su deber en la conciencia de Krishna con constancia y entusiasmo.
Nada le distrae de ello. Es tolerante, pues sabe que estas penas, que van y vienen sin cesar, no pueden afectar en absoluto a su servicio a Dios. Siendo así, alcanza la perfección en comunión con el Absoluto, Krishna, Dios, la Persona Suprema.