Logos 224
Si uno medita en el Cuerpo trascendental del Señor Supremo, el Señor lo protege naturalmente de todas las fuentes de temor, incluso del peligro inminente de la muerte.
Todos los seres tienen garantizada la muerte, pues nadie escapa a la muerte, que sólo es un aspecto de Dios, la Persona Suprema. Sin embargo, quien se convierte en siervo de Dios ya no está destinado a morir según el límite establecido para su existencia. Toda existencia es limitada en el tiempo, pero la longevidad del siervo o sierva de Dios puede ser aumentada por la misericordia del Señor, que puede neutralizar las consecuencias de nuestro karma. El siervo y la sierva de Dios no están sujetos a las leyes del karma. Por lo tanto, incluso la muerte que estaba destinada a ellos en un momento dado puede ser evitada por la inmutable misericordia del Señor Supremo. Dios protege a su devoto incluso del peligro extremo de la muerte.
A través del servicio de amor y devoción al Señor Supremo, los siervos puros de Dios que meditan incesantemente en la Persona Soberana reciben cuerpos espirituales similares al Suyo. Un siervo de Dios debe realizar exteriormente sus deberes rutinarios de amor y servicio devocional de manera regular, mientras que interiormente medita constantemente en el sentimiento especial que le une al servicio del Señor. Es esta meditación constante en el Señor la que hace al santo siervo, a la santa sierva, digno de volver a Dios, a su morada original en el reino del Señor Supremo.
El Señor dice: «Después de dejar su cuerpo, el siervo santo ya no recibe un cuerpo material, sino que vuelve al reino de Dios, donde recibe un cuerpo espiritual similar al de los compañeros eternos del Señor, cuyo ejemplo estaba siguiendo.»
Logos 225
El Señor dice: «Yo existo en todas partes y todo existe en Mí, pero no soy visible en todas partes.
Todos los planetas me pertenecen, todo existe para mi placer».
Dios se hace visible sólo a través de la práctica del servicio devocional. Él reside sólo donde Sus devotos cantan Sus glorias. Tiene una forma espiritual eterna. Él es la raíz de todo lo que es y la causa original de todas las manifestaciones. La primera causa de todas las causas, la Persona Suprema, Dios, Krishna, puede ser conocida y comprendida sólo por la práctica del servicio amoroso y devocional a Él, y no por ninguna forma de exhibicionismo o prácticas dudosas.
El Supremo Eterno es todo lo que existe, tanto la materia gruesa o burda como la sutil o etérea. Los elementos materiales y todo lo que se expresa, ya sea mediante la palabra o el pensamiento, son siempre Dios, y sólo Él. Todo es espiritual, el Ser Espiritual Supremo, Dios. Nada existe sin Él y fuera de Él, pues Él es el Todo.