Logos 108
En el cielo del mundo espiritual vuelan aviones resplandecientes en los que viajan los grandes devotos del Señor, acompañados por damas de belleza celestial y tez radiante como el rayo.
Todo es de la misma naturaleza absoluta, eternamente bañada en conocimiento y dicha. También los aviones y otros vehículos son de naturaleza espiritual.
Aunque en verdad todo es espiritual, no hay que cometer el error de pensar que el reino absoluto está vacío o sin variedad. Puesto que hay aviones, vehículos diversos, caballeros y damas, también debe haber ciudades, casas y cualquier otra cosa que los diversos planetas puedan contener según sus respectivas naturalezas.
En Su reino sublime y absoluto, el Supremo Eterno está siempre acompañado por Sus múltiples energías, compañeros y servidores íntimos… El Señor es supremo entre todos los seres. Él es el Maestro soberano de todas las congregaciones de almas puras, el Maestro de toda la excelencia, el Señor de los sacrificios y el beneficiario de todo lo que existe en Su creación. Por lo tanto, Él es la Persona Suprema, y siempre está rodeado por Sus compañeros íntimos, todos los cuales le sirven con puro amor espiritual.
Logos 109
Los habitantes de los planetas espirituales tienen la tez azul de un cielo azul. Sus ojos se asemejan al loto y sus rasgos son los de los adolescentes. Todos tienen cuatro brazos y sus cuerpos tienen un encanto fascinante. Llevan ropas de tonalidades amarillas y están bellamente adornadas con collares de perlas con medallones. Un resplandor brillante emana de su persona, de su cuerpo espiritual.
Todos los habitantes del mundo espiritual poseen características corporales espirituales, desconocidas en este mundo material, pero que se describen en las sagradas escrituras originales, el verdadero evangelio. Las descripciones impersonales de la Trascendencia contenidas en las escrituras indican que tales rasgos corporales no se encuentran en ninguna parte del universo material. Al igual que en este mundo los seres difieren de un continente a otro o de un planeta a otro, los habitantes del mundo espiritual tienen rasgos corporales totalmente diferentes de los que se encuentran en el universo material. Por ejemplo, en lugar de tener dos brazos, todos tienen cuatro brazos
Algunos tienen el brillo del coral y del diamante. Sus cabezas están adornadas con coronas de flores, floreciendo como el loto. Algunos también llevan pendientes.
Algunos de los habitantes han alcanzado la liberación de poseer los mismos rasgos corporales que los de Dios, la Persona Suprema. La piedra vaidurya es una prerrogativa del Señor Supremo, y quien alcanza esta forma de liberación obtiene el privilegio de llevar también diamantes de esta naturaleza.