Yendo un día a Kurmaksetra, realizó un milagro curando a un leproso.
Realizó un segundo milagro al hacer que los siete tals atravesados por la flecha de Ramacandra, el hijo de Dasharath, desaparecieran inmediatamente al tocarlos, flecha que también acabó con los días del gran Raj Vali.
En Benares, Chaitanya habló a los devotos de Krishna de la ciudad en la casa de un sabio erudito de Maharashtra, que los había invitado a todos. Realizó un milagro al fascinar a todos los devotos allí reunidos. Es imposible que incluso los eruditos se opongan al Señor por mucho tiempo, pues alguna magia en Él toca sus corazones, llevándolos a las lágrimas para su mayor bien espiritual. Los devotos de Benares pronto caen a los pies de Chaitanya, suplicando su gracia. Chaitanya les enseña entonces el servicio devocional puro y les inculca en sus corazones un amor espiritual por Krishna que les impulsa a abandonar todo sectarismo. Después de esta maravillosa conversión, todos los habitantes de Benarés se convirtieron en devotos del Señor y celebraron el canto de los santos nombres de Krishna con su nuevo Señor de manera grandiosa.
Los milagros del Señor Chaitanya Mahaprabhu realizados en Puri.
Durante el festival de carros organizado en honor del Señor Jagannath [una emanación de Krishna. Jagannath significa, Señor del Universo] en el templo de Puri, el juego consistía en mover un carro.
Los devotos intentaron sin éxito moverlo, a pesar de los muchos métodos empleados. Muchas personas habían atado cuerdas a la parte delantera del carro para poder tirar de él, pero a pesar de sus esfuerzos, el vehículo no se movía en absoluto. Así que el rey eligió a grandes luchadores para mover el carro, pero no lo consiguieron. Entonces ordenó a los mahouts que pidieran a los elefantes que tiraran de la carroza, pero ni siquiera ellos consiguieron mover el vehículo.
Pero cuando el Señor Chaitanya Mahaprabhu se dirigió a la parte trasera del carro y le dio un suave empujón con la cabeza, el vehículo comenzó a rodar por el camino, moviéndose por sí mismo. El Señor Chaitanya dio un suave empujón al vehículo y éste se puso inmediatamente en movimiento para deleite de los devotos.
Sarvabhauma Bhattacharya, un sabio erudito, a pesar de su posición, tenía un ego sobreinflado y un gran orgullo de sí mismo. No pensaba mucho en ChaitanyaMahaprabhu y lo consideraba un mero mendigo tonto. Pero cuando se encontró cara a cara con el Señor, quedó impresionado por su profundo conocimiento del sánscrito, del servicio de amor y devoción ofrecido al Señor que se caracteriza por el compromiso purificado de los sentidos del ser individual al servicio de los sentidos del Señor, y del gran amor que emanaba de Chaitanya.